El gran repunte en el número de mosquitos provocado por las últimas lluvias y por las altas temperaturas, del que informó ayer Mediterráneo, ha puesto a los ayuntamiento en estado de alerta, especialmente a los de Moncofa y Nules, que exigen soluciones a la Conselleria de Sanidad ante una situación «límite».

Y es que las molestias que el insecto está causando a la población han resucitado una antigua reivindicación de los consistorios: los vuelos aéreos. Es la petición que registró ayer el alcalde de Moncofa, Wenceslao Alós, Tal y como se explica en el escrito presentado ante Sanidad, el municipio «lleva unos diez días sufriendo un problema de salud pública grave, dada la gran cantidad de mosquitos existentes no solo en la zona de cultivos, sino que campan a sus anchas por el casco urbano y la playa».

Alós tildó la situación de «insostenible» porque las pasadas lluvias propiciaron el estancamiento de agua en muchos puntos del término municipal, como en terrenos abandonados y con dificultad para desaguar.

Desde Nules denuncian que la empresa que presta los servicios de control de plagas, «con los medios que tiene, no puede hacer frente a esta problemática», según puntualiza el concejal de Sanidad, Antonio Romero.

AYUDA DE CONSELLERIA // Por ello han pedido ayuda a la Conselleria y, según indica el edil, hoy se desplazan hasta la localidad el catedrático de control de plagas de la Universitat Politècnica de València Ricardo Jiménez --quien también trabaja con la Diputación-- y otros técnicos.

«Estamos trabajando para buscar una solución efectiva y después tendremos tiempo de pedir responsabilidades a quien corresponda», concreta Romero.

Desde Almassora, donde también sufren este repunte, la concejala de Medio Ambiente, María José Tormo, explica que ante esta situación las fumigaciones «están en los mismos niveles que en la peor época del verano, ya que se ha retrasado el frío». La desembocadura del Mijares, la playa y la zona de Santa Quitèria son las áreas en las que más se están aplicando los tratamientos.

En Burriana, por su parte, se están llevando a cabo dos fumigaciones al día. «Con las lluvias, los tratamientos se tienen que volver a repetir, las veces que sea necesario. Tenemos que impedir que el nivel de mosquitos sea el mismo que están sufriendo en poblaciones vecinas», explica el edil de Sanidad, Manel Navarro.