Los coches solo explotan en las películas. Y nunca hay dos accidentes iguales. Estas son dos de las premisas que aprendieron cerca de un centenar de estudiantes de quinto curso de Medicina de la UJI. Los alumnos conocieron las claves de actuación en un accidente de tráfico en coordinación con los bomberos del parque de Orpesa.

En el caso de incendio de un vehículo “se produciría una deflagación violenta pero no llegaría a ser una explosión”. “La velocidad de combustión no es tan rápida”, por lo que pueden apagarse sin ese peligro, según aclaró el jefe del parque, Javier Botet, durante la parte teórica de la jornada.

Sí hay que tener pies de plomo, sin embargo, con los vehículos que transportan mercancías peligrosas. En estos casos “se activa un plan especial”, según detalló Botet. “Es el único accidente en el que la víctima pasa a un segundo plano porque lo importante es asegurar el lugar y que no haya otros heridos”, indicó. Para actuar, lo primero es “evaluar la situación y ver el panel de mercancías del producto para especificar qué tipo es. Si es químico hay que ver la afección que puede tener hacia las personas”. Para saber actuar, existe una ficha de seguridad del producto que marca el plan que llevar a cabo y las distancias de seguridad para delimitar el escenario. De este modo, se establecen medidas para prevenir en caso de explosión, riesgo de incendio o de los gases tóxicos emitidos.

Los futuros médicos también pudieron participar en una sesión práctica de extracción de personas de dos vehículos en una simulación de un accidente múltiple. En la actividad, ellos colaboraron como personal sanitario mientras los bomberos procedían a la liberación de los ocupantes.

Además, los alumnos conocieron en profundidad los vehículos del parque de bomberos, tales como una bomba urbana pesada, materiales de rescate, de salvamentos varios como una bomba rural pesada para incendios forestales y dos embarcaciones acuáticas para rescates.

En total, asistieron 90 estudiantes de la asignatura Prácticas Medico-Quirúrjicaspara saber desenvolverse en situaciones de emergencia. Lo más importante es “discriminar la gravedad”. “A veces hay que seleccionar a quién atender primero”, según explicó el coordinador Ricardo Tosca. También hay que conocer técnicas de reanimación cardiopulmonar y atención a heridas. “Lo tienen que tener muy entrenado porque a veces tienen que actuar en segundos y es clave la rapidez y hacerlo bien”. A modo de intercambio, les harán “a los bomberos un minicursito de reanimación básica de niños, ya que de adultos tienen mucha formación”.

ACCIDENTES MÁS GRAVES // Los siniestros más desagradables que se registran son los de los autobuses, según reconoce Botet, “por el número de víctimas involucradas”. Recordó, echando la vista atrás, algunos tan importantes “como el de Torreblanca, donde murieron 45 personas en el 92; u otro en las cuestas de Orpesa en la autopista”, con siete fallecidos en el 2008. H