Vila-real volvió a reunirse “a los pies de los restos” de Sant Pasqual para honrar a su patrón y reivindicar su figura como ejemplo de “austeridad y sacrificio”. Son palabras del obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López, que presidió la misa pontifical en una basílica llena, en la que incluso algunos asistentes colocaron sillas en los laterales.

La ceremonia estuvo marcada por las loas al santo, del que el obispo destacó sus orígenes humildes y su personalidad “misericordiosa”. El prelado presentó al patrón como ejemplo de vida dedicada a Dios y pidió tomar ejemplo de su “corazón y generoso” para “vivir mejor el año de la Misericordia, que el papa Francisco ha tenido a bien convocar”. Las palabras del religioso estuvieron acompañadas, como es habitual, de la Coral Sant Jaume, Veus de Cambra, la Orquesta Supramúsica y la Unió Musical la Lira.

Además de vecinos y colectivos, a la misa asistió el alcalde, José Benlloch, y otros miembros de la corporación, así como la reina, Silvia Cantavella, y sus damas.

Por la tarde, la procesión también fue multitudinaria y la imagen del santo recorrió las principales calles de la ciudad acompañada por vecinos y colectivos religiosos y culturales. Así, hubo representación de las Purisimeras, Rosarieras, Lluïsos o los pastorets, entre otros colectivos.

Además del fervor religioso, el desfile sirvió para homenajear a los menores que han tomado este año la primera comunión, que acompañaron a la comitiva. H