Los Papeles de Panamá, la famosa filtración de documentos que ha alzado en los últimos meses una enorme polvareda mundial al descubrir los entresijos del blanqueo de dinero a nivel mundial a través de las sociedades en paraísos fiscales, ha traído también consecuencias a la provincia de Castellón. Al menos así ha sido para una familia de la Vilavella, que ha visto alterada su rutina diaria al aparecer su dirección en la base de datos del consorcio internacional de periodistas que ha gestionado los documentos del bufete Mossack Fonseca.

Por ello, el día de ayer fue un infierno para Esteban García, que no cesó de recibir en su móvil llamadas y mensajes de amigos, clientes y familiares preocupados por las especulaciones que surgían a través de las redes sociales. Y es que en uno de los documentos consta su dirección familiar como la de una de las personas que aparece en los papeles de Panamá. En concreto se trata de Gregoire Louis Marie Combal, alguien “que no conocemos de nada”, señala este joven empresario.

Combal es, según los Panama Papers, uno de los tres accionistas de Novidis Design Corp., una firma en activo, incorporada al bufete Mossack Fonseca desde el día 8 de febrero del año 2012, radicada en las Íslas Vírgenes y se encuentra vinculada con Hong Kong.

Compañías y zonas con las que la empresa de García, Chateau Benllauch SL --que tiene su sede social en el domicilio familiar y por tanto el que consta para Combal en los papeles de Panamá--, indica no tener ni haber tenido relación alguna.

Aunque la firma nació hace tres años para exportar vino a Hong Kong, actualmente se dedica a la compraventa y alquiler “de material y maquinaria para almacenes citrícolas”, afirma García. De aquella operación inicial no se llegó a realizar “ni el envío de una muestra”, destaca, porque en un principio el empresario de Hong Kong interesado indicó que pagaría el vino por adelantado y después quería actuar al contrario. “Ya nos habían engañado una vez con la naranja y teníamos claro que no nos volverían a engañar”, recuerda el de la Vilavella.

Todo se resolvió en unas semanas y ahora el abogado de García retomará la documentación de entonces para tratar de borrar cualquier rastro de su dirección en aquellos documentos y en otros que pudieran haber surgido después.

Pero esto no hace que García se preocupe menos porque, sin quererlo, se ha visto mezclado en este asunto cuando “nunca he pagado una factura en negro. Por mucho que me investigaran, no encontrarían nada ilegal en mi empresa. Aun así, ya veremos si esto no me perjudica”, lamenta. H