Tributo en forma de flor de las gaiatas, como colectivos esenciales y fundamentales de las fiestas de la Magdalena. Homenaje perpetuo de las comisiones de sector a la patrona en un torrente de sensaciones y evocaciones que retrotraen a la fundación de los festejos magdaleneros en su estructura actual.

Era el año 1945. Y la Virgen más castellonera también tenía que tener su espacio en el programa oficial de fiestas. Desde hace más de 30 años la Ofrena se celebra en sábado, aunque anteriormente tenía lugar otros días de la semana grande, como jueves o viernes. Ayer, y en dos sesiones -matinal y vespertina- en su cuarto año, más de 4.000 ramos de flores cubrieron el panel lledonero como símbolo de intenso fervor a la Mare de Déu.