Una noche para el recuerdo. Sequiol llenó el Palau de la Festa de Castellón para presentar en sociedad a sus representantes para la próxima Magdalena, Àgueda y Nagore. Y lo hizo por todo lo alto, con una ceremonia que no dejó indiferente a nadie.

La noche comenzó con un pequeño castillo de fuegos artificiales que anunció la llegada de la comitiva al edificio. Dentro, el ambiente que se respiraba era completamente magdalenero, con las pequeñas gaiatas del concurso de maquetas por los laterales del gran salón. El escenario, repleto de sillas, daba el protagonismo a los dos grandes sillones verdes que posteriormente ocuparían las madrinas del 2018.

Y comenzó el espectáculo. Sequiol organizó un recorrido por las bandas sonoras de las películas más conocidas de la historia del cine como hilo conductor de su puesta de largo. De esta forma, con una actuación en vivo de música y baile, arrancó el acto. Entonces, subieron al escenario los portaestandartes, Fernando Carratalá y Carlos López.

Acto seguido, llegó el turno de la comisión infantil con las damas Ainara Salinas, junto a su acompañante, Alexander Belinschi; Mª Isabella Savin, con Alonso Fernández; Leyre Salinas, del brazo de Javier Marín; Claudia Alcárria, con Quique Moles; Valeria González, acompañada de Victor López; Lucía Benedito, con Carlos Benedito; Lucía Ortiz, que desfiló con Juan Carlos Francisco; Malena García, con Alejandra Sáez; Claudia Ortiz, junto a Natalia Queral; y Victoria Gonzalez, acompañada de Andrés Porcar. Por otra parte, también tomó su asiento la madrina de honor infantil, Martina Aguilera.

COMISIÓN MAYOR // Con los más pequeños sobre el escenario, que derrochaban simpatía y ternura, llegó el turno de los mayores. De esta forma, hicieron su entrada Tamara Sabater, junto a su acompañante Francisco Agramunt; Nuria Aguila, con Alejandro Breva; Maya Aguilera, del brazo de Jorge Marti; Adriana Llopis, con Luis Rivas; Andrea Moles, acompañada por Adrián Doumere; Noelia Sala, con Roberto Belenguer; Raquel de Dios, de la mano de Pablo Sanahuja; Marta Gual, con Daniel Rubia; y Lourdes Climent y su compañero Lorenzo Martínez. La madrina de honor, Raquel Prats, desfiló del brazo de Alvaro Voltes. Con las dos comisiones, tan solo quedaron vacíos los cuatro asientos del centro.

Todavía faltaban las máximas representantes de Sequiol, y por ello aparecieron en escena las madrinas del 2017, Beatriz Belenguer y Teresa Doumere. Para amenizar la espera hasta la llegada de sus sucesoras, la compañía Castellón Baila ofreció un espectáculo inspirado en la película Cantando bajo la lluvia.

Y llegó el momento más esperado. Todo el Palau de la Festa se puso en pie para recibir a las madrinas para la próxima Magdalena, Àgueda Ibars y Nagore García. Ambas estuvieron acompañadas por el presidente infantil, Iker Miralles. Juntos, conforman el grupo de representantes de la gaiata para las fiestas.

Acto seguido, el presidente infantil y la presidenta de Sequiol, Elisabeth Breva, impusieron a Àgueda y Nagore las bandas que las acreditan como las nuevas madrinas de la gaiata 15.

OFRENDAS // Varias agrupaciones quisieron dar la enhorabuena a las jóvenes por su elección y les obsequiaron con diversos regalos. Justo después de una divertida representación sobre la película El Rey León, diversas entidades rindieron honores a las madrinas, como el Centro Cultural Andaluz, el Centro Aragonés, el Club Esportiu Castelló, diversas fallas, el Ayuntamiento de Benicàssim y el de Viver, la Federació de Colles, la Gestora de Gaiates, con las madrinas de Brancal, y el Patronat i Junta de Festes.

Con la velada a punto de acabar, llegó el momento más emotivo, la despedida de Beatriz y Teresa. Ambas impusieron los corbatines a los estandartes entre lágrimas, en especial la antigua madrina infantil, que no pudo evitar romper a llorar.

Poco a poco, las comisiones fueron abandonando el escenario, incluídas Àgueda y Nagore, que recibieron una vez más el cariño del público. Entre aplausos, ambas abandonaron el escenario dispuestas a convertir las fiestas del 2018 en las más importantes de sus vidas magdaleneras.