Vuelve a ser madrina de gaiata. Ya lo fue en el 2010 y en el 2013 en la comisión de Rafalafena. Ana Belén Nieto Ramírez lo hace en el 2018 con la misma ilusión que el primer día y este sábado ocupará el trono de la comisión de Crèmor. Porque le encantan los festejos magdaleneros y disfruta de ese «sentimiento» festero que inunda la Magdalena. Castellonera, «cien por cien», con anclajes alicantinos (nació en la capital de la Costa Blanca), ha participado también en les Fogueres de Sant Joan, ocupando cargos de representación festera en la hoguera la plaza Pío XI de manera ininterrumpida desde el 2003 al 2008.

Lo de ser madrina «fue una petición del presidente, José Antonio Lleó», y le dijo que «sí, enseguida». «Y estoy muy contenta de formar parte de Crèmor, donde se vive un estupendo ambiente y este año con el privilegio de que el monumento infantil del 2017, La fonteta del Crèmor, sea gaiata de la ciudad de todos los niños castelloneros y magdaleneros.

Eso sí, tal vez reprocha a los castellonenses, comparando con las fiestas de Alicante, que «participan muy poco con las gaiatas». En la antigua Akra Leuke «casi todo el mundo se vuelca con las hogueras y hay una participación excelente en las comisiones». «Esa es una gran diferencia de las hogueras con respecto a la Magdalena», relata la madrina de la gaiata 18, quien asegura que «todos los castellonenses tendrían que tener ese sentimiento gaiatero; pertenecer a una comisión de luz es algo especial», concreta Ana Belén.

Mujer de su tiempo, tiene una empresa de venta de ropa de bebé on line. Confiesa que lo que le enamora de verdad durante la semana de fiestas es la «Romeria a la Magdalena y el Desfile de Gaiates» en la expresión máxima de la simbología de las fiestas del tercer domingo de Cuaresma.

Y, pese a que ya ha ocupado cargos de responsabilidad festera, no esconde los nervios ni «una responsabilidad» ante su comparecencia ante los castellonenses en una noche de gala.

Tiene preparada la indumentaria regional de la que siente una especial predilección por la manteleta, «muy antigua».