De pequeña cuando volvía de realizar la Ofrenda de Flores a la Mare de Déu del Lledó veía a las gaiateras con banda. Y siempre le decía a su madre: “Mamá, yo quiero llevar la banda”. Un recuerdo infantil que se hace realidad, “algo muy especial”, ser madrina de la gaiata 8, “el del mi sector, donde vivo”.

Así se expresa Ana Goterris Estrada, quien mañana recibirá ese sueño dorado del madrinazgo, ese símbolo querido desde el amor a las tradiciones de la ciudad. A sus 17 años --cumplirá 18 el 5 de marzo, el día de la Ofrenda a la patrona-- asegura que sus actos favoritos de la semana grande son “esa ofrenda”, querida y de tanto simbolismo, y el Desfile de Gaiates, “cuando muestras a la ciudad el resultado final de todo un año de esfuerzos, cuando enseñas la gaiata”, indica Ana.

Y, sobre todo, espera con gran alegría e ilusión vehemente la Romeria porque “podré hacerla vestida de llauradora con el resto de madrinas”, comenta.

Una joven que se considera “muy familiar”, que estudia segundo curso de Bachillerato y que dice que hay un gran ambiente en el seno de la comisión. Está expectante ante el acto de su proclamación oficial, convencida de que será una ceremonia emocionante y cautivadora.

Es consciente de que va a vivir un año inolvidable. Y que al ser la última de las presentaciones ha tenido la suerte de ser testigo directo de cómo se han ido acercando las fiestas, sábado tras sábado en su palco del Palau de la Festa, hasta que el fin de semana pasado le tocó a ella desfilar junto al estandarte de la Gestora su gran noche. La de Portal de l’Om de Magdalena 2016. H