Cuando poco antes de las 23.00 horas del sábado sonaron la dolçaina y el tabal a las puertas del Palau de la Festa, pocos sabían que más que a una presentación, iban a asistir a un viaje. No uno cualquiera, sino al viaje de las emociones. La gaiata 9, L’Espartera, convirtió la noche de su puesta de largo en un recorrido en el que la superación de las dificultades, la ilusión y la confianza en uno mismo se fusionaron con la alegría por la proclamación de Ana María Martínez Parreño y Ainhoa Valle Parreño como madrinas de la entidad para la Magdalena del 2018.

Este es un año de estrenos para la 9, pues también el presidente, Gonzalo Cabedo, se enfrenta a sus primeras fiestas rodeado de un equipo de 35 personas que buscarán mantener el buen sabor de boca que deja el responsable saliente, Rafael Quiroga, homenajeado el sábado por su trabajo durante tres años.

En una noche con muchos y variados ingredientes, también las autoridades respondieron, dando lustre a la presentación. Presidían la mesa las reinas de fiestas, Carla Bernat y Lucía Burguete, y el presidente de la Junta de Festes, Juanvi Bellido. También asistieron a la velada la concejala de Fiestas, Sara Usó, y varios de sus compañeros del equipo de gobierno (Mary Carmen Ribera e Ignasi Garcia) y de la oposición (Salomé Pradas y María España).

Todos se lo pasaron en grande con el hilo argumental dispuesto por L’Espartera y protagonizada por Eloísa, una artista frustrada que, ante su enésimo fracaso, decide emprender un viaje de huida que le lleva hasta Castellón, donde encuentra a Ángel, un cazatalentos dispuesto a levantar su carrera. Sus consejos sirvieron como metáfora de lo que es el mundo gaiatero en particular y festivo en general: confianza y atrevimiento para hacer cosas sin esperar nada a cambio, ilusión y pasión por lo que a uno le llena, en este caso Castellón y sus trabajos. Ayudaron a transmitir todos estos valores el grupo de baile que durante todo el acto puso la fuerza y mantuvo al público dentro del espectáculo.

COMISIÓN // Entre canción y canción, las esperadas entradas de los miembros de la comisión. Además de Ana María --visiblemente emocionada en varios momentos de la noche-- y Ai-nhoa, una a una fueron desfilando Valentina de los Ríos Ayala, Maura de los Ríos Ayala, Sandra Cabeza Tàrrega (damas infantilles), Reme Molina Vives (gaiatera de honor infantil), Marta Ferrando Abellán (madrina de honor infantil) y Elisabeth Carmona Escribano, dama de honor que entró acompañada de David Gómez Agut. A todos ellos les esperaba en el escenario el presidente infantil, Guillermo Peris Calpe, para imponerles las bandas que les acreditan como pasajeros del viaje que culminará el tercer domingo de Cuaresma.

Ya con todos sobre el tablado, llegó uno de los momentos más emotivos de la noche, cuando las madrinas del 2017, Mónica Barba Silvestre y Mar Valle Parreño, entregaron a sus sucesoras la tradicional canya magdalenera acompañada de un fanalet que les debe guiar en su periplo festivo de los próximos meses. Las cuatro se fundieron en un sincero abrazo al tiempo que una voz en off informaba de que las responsabilidades no han acabado para Mónica dentro de la gaiata 9, pues seguirá siendo gaiatera de honor el año que viene.

HOMENAJE // Tras bailar piezas de Raffaella Carrà, Raphael y Ricky Martin --cuántas veces habrán sonado estos temas en la Magdalena--, llegó el momento de conocer el nombre del Esparter de l’Any, homenaje que la gaiata de la avenida del Mar y sus calles adyacentes realiza cada año a alguna cara conocida del món fester. En esta ocasión, el beneficiario fue Pepín Marco Roig, presidente de la Associació d’Artistes Gaiaters. La comisión quiso valorar el esfuerzo de esta entidad, creada el año 2016, a la hora de dignificar un oficio de larga tradición en Castellón y que pretende asegurar su continuidad en este mundo globalizado.

Este galardón evidencia que L’Espartera es una entidad que se vuelca en todo lo que hace, y que sabe reconocer el esfuerzo de otros tantos que hacen posible la semana de fiestas. Valores largamente demostrados por este colectivo, anclado en el Castellón más popular pero que ha sabido adaptarse a la modernidad sin echar por la borda sus tradiciones. Por ejemplo, la de las festes de carrer de Sant Roc de Vora Sèquia, una de las asociaciones que ayer acompañó a la gaiata de su barrio y que subió al estrado para ofrendar a las madrinas.

OFRENDAS // Hubo otros muchos invitados, como la peña Aficionados Taurinos de l’Alcora, los ayuntamientos de Castellón, Nules, Benicàssim, Betxí y Orpesa, la asociación San Francisco y Clara de Asís, el Centro Andaluz, la falla Industria-Santos Justo y Pastor, la Federació de Colles de Castelló y la Federació Gestora de Gaiates. Todos se sumaron a ese viaje que, año tras año, emprende la ciudad para mostrarse al mundo orgulloso de su pasado y tradiciones.