Hace realidad un sueño suspirado desde pequeña, ser madrina de gaiata. Ana María Martínez Parreño será la joven que ocupará a partir de mañana el trono de la gaiata 9, L’Espartera, uno de los sectores de mayor historia y tradición de la ciudad. Describe el ambiente que vive en la comisión y lo califica de «perfecto, muy agradable».

«Es una pequeña gran familia», resalta desde el orgullo de pertenencia a uno de los colectivos esenciales y fundamentales de las fiestas de la Magdalena. Con dilatada experiencia en las asociaciones de luz de Rafalafena y Porta del Sol, Ana María siente en su corazón el espíritu gaiatero. Como conocedora a la perfección del conjunto de actos de la semana grande, asegura que lo que más le gusta es el Desfile de Gaiates, «porque muestra a los castellonenses el trabajo y el esfuerzo de todo un año»; la Encesa y la Ofrenda a la Mare de Déu del Lledó, «cuando llevas flores a la Mareta», añade.

Para esta estudiante de grado superior en Educación Infantil y signo zodiacal Capricornio, es importante que la juventud se implique en las gaiatas, «porque aportan iniciativas e ideas». «La juventud se tiene que dar cuenta de que en una gaiata se vive intensamente y directamente las fiestas de la Magdalena». «Es muy bonito estar en una comisión de sector», sentencia, porque «todo esfuerzo tiene su recompensa, la de la alegría y la convivencia fraterna», puntualiza. Entre sus numerosas aficiones se encuentran viajar (ha recorrido Madrid, Mirambel, Huelva…), ir al cine, el fútbol (suele seguir los partidos del Club Deportivo Castellón).

Volviendo a la Magdalena, Ana María relata, en los días previos a su presentación como madrina, el privilegio de poder lucir un aderezo de castellonera regalo de sus padres y de su hermano, «que es el portaestandarte de la gaiata», cuando fue madrina de honor. Una joya que refleja ese cariño y sentimiento de una familia en el sueño dorado de un madrinazgo en la vivencia feliz del tercer domingo de Cuaresma. En la plena satisfacción del deber cumplido cuando se trata de amar y preservar las tradiciones más ancestrales.