La Magdalena de este año tiene múltiples atractivos. La combinación de figuras junto a un guiño torista, la convierten en una feria variada y muy interesante. Para todos los gustos.

Hay dos pilares fundamentales: el doblete de una figura como Manzanares, base de los dos carteles más rematados del serial y para los que se espera una entrada magnífica; y el regreso de quien ha sido santo y seña de la Magdalena durante tantos y tantos años: la ganadería de Victorino Martín. Sin duda, el mejor homenaje a un ganadero de leyenda tan vinculado a esta plaza y su tierra, cuyo recuerdo estará muy presente ese día en todos los aficionados.

Además, al cartel se le suma el aliciente de la terna. Extraña, con tres toreros poco habituales en este tipo de carteles. La alternativa al rechazo de toreros que no han querido matarla, como Ferrera o Ureña, ha sido la contratación de figuras. El Fandi la matará por primera vez, mientras que Castella decidió por él mismo afrontar esta gesta tras ser el año pasado uno de los nombres propios de la Magdalena. Y muy apropiada la presencia de Varea en ese cartel. Haber triunfado con esta ganadería anteriormente le da moral al de Almassora para afrontar, un año más, un arranque de temporada crucial en el que quiere subirse al carro de los jóvenes diestros con proyección. En sus triunfos más sonados siempre aparece un novillo o toro cárdeno, por lo que no cabe duda que su toreo de enorme profundidad y sentimiento a flor de piel, también tiene cabida con este encaste concreto.

Importante ha sido el regreso de la novillada picada, fundamental para la promoción de la Fiesta en general. Un festejo que lleva marcado el nombre de l’Alcora, con la presencia de su novillero, Sedano Vázquez, y el aliciente de la ganadería de Fernando Peña. La novillada y el festejo de rejones servirán para abrir boca a un fin de semana intenso que comienza jueves.

Cuatro corridas de toros, cuatro carteles a cual de ellos más interesante y rematado. Están todas las figuras. Todas. Manzanares es la principal, con su apuesta de estar dos tardes en la feria midiéndose con todos. Reaparece en Europa tras la lesión tan grave del año pasado, que le obligó a cortar la temporada. Sus esfuerzos se han centrado en esta tierra, donde tantas tardes de buen toreo llevan su rúbrica.

LAS ESTRELLAS

El Juli, que cumple 20 años de alternativa, no estará en la Feria de Fallas de València, lo que le añade más interés y expectación a su presencia en esta plaza. El madrileño matará la corrida de Garcigrande, divisa por la que siente especial predilección y que ha sido compañera de baile de tantas tardes triunfales. Además de la presencia de este figurón, otro de los grandes que estará en Castellón es Enrique Ponce.

Torero de época e incombustible, que cada año sigue superando expectativas y creciendo su toreo de tal manera, que en la temporada pasada dejó faenas para la historia del toreo. Si le ayudan los toros de Juan Pedro Domecq, los muchos partidarios que tiene en esta tierra podrán soñar despiertos el toreo. También quien tiene en sus manos y en su mente la capacidad de firmar grandes obras es Talavante. Todavía la afición saborea aquella faena de la feria del año pasado. Y no hay que olvidarse de los jóvenes, que ya son una realidad, como es el caso de Roca Rey. El joven que arrolla con su valor y personalidad está llamado a ocupar el cetro del toreo y a ser otro diestro de época. La feria cuenta con otros atractivos como la despedida de Padilla o la presencia de dos veteranos que atraviesan su mejor momento: Juan Bautista y Perera.

El miércoles se celebrará la novillada en clase práctica de la Escuela Taurina. Será un encuentro de escuelas en el que Jorge Rivera y Marcos Andreu representarán a la anfitriona de Castellón.