Hacía mucho tiempo que no se vivía en Castellón una tarde de rejones como la de ayer. Unas veces por el ganado, otras por la calidad de las actuaciones, incluso por la moda del sexteto, que llegó a convertirse en un desfile caballeresco vacío de contenido. La clave del éxito fue el encierro de Fermín Bohórquez. Tenía muchos motivos para enviar un conjunto de nota y no se equivocó. Un golpe de autoridad. Un espaldarazo en toda regla, en un año en el que tanto se ha puesto en tela de juicio esta divisa. Bohórquez se reivindica en Magdalena. Hacía años que esta divisa no se anunciaba en esta tierra y eso le añadía un plus de responsabilidad al ganadero jerezano. Así que vino para quedarse. Hubo toros, como el primero, con las características que han hecho de esta divisa la preferida de los rejoneadores: el galope constante y sostenido, ni un arreón, ni un mal derrote, la nobleza edulcorada… virtudes que permiten a los jinetes expresarse en todo su esplendor, aunque sin ese punto de chispa y emoción que demanda otro sector del público más exigente y que sí sacó el tercero de la tarde, por ejemplo, con una embestida más explosiva, de mayor disparo como ahora es moda definir en la jerga taurina. Embistieron los toros, se calentaron los toreros y se divirtió el público. Misión cumplida.

La foto de los tres rejoneadores a hombros, resume la tarde.

No llegó Andy Cartagena a Castellón. Parecía una locura, pero se empecinó en estar y al final, no pudo ser. Se lo impidió su fractura de brazo provocada por una cogida en tierras mexicanas. Hace pocos días le intervinieron y a pesar de su esfuerzo por estar en una plaza tan significativa para él, imperó la cordura y muy a su pesar se quedó en su Benidorm. Su lugar lo ocupó el rejoneador portugués Rui Fernandes, que justificó su inclusión. Su primero fue un buen toro, con un galope franco, mucha nobleza y sobre todo duración. Aguantó toda la faena con fondo y embistió a las cabalgaduras de Rui con ese ritmo constante y sin arreones propio de esta divisa. Era toro para buscar el compromiso y las cercanías pero quizá Rui no tenía caballo para ello. La faena del portugués fue in crescendo, pero cuando más llegó al público, fue en su versión más espectacular, con unas piruetas comprometidas. Mató de medio rejonazo perpendicular que resultó muy efectivo y que fue clave para que le premiaran con la oreja. Mejor estuvo frente a su segundo, con una versión que gustó mucho más por su verdad a la hora de ejecutar las suertes.

Más aplomado que sus hermanos fue el de Bohórquez, con menos movilidad y esperando en la boca de riego. Labor meritoria del portugués, en la que tuvo que poner mucho de su parte para llegarle al astado en varias banderillas muy aplaudidas por su riesgo y compromiso. Siempre muy de frente, sabiendo esperar con valor y batiendo al pitón contrario con mucha verdad.

Tres orejas

Con mucha intensidad se vivió la faena de Leonardo Hernández al segundo de la tarde, otro buen toro de Bohórquez que permitió al extremeño lucirse en una labor de nota alta. Bien estuvo en banderillas con Calimocho, y sobre todo con Sol, toreando muy sentido de costado. Las corbetas con Xarope levantaron pasiones, antes de dejar las cortas adornándose con la suerte del teléfono. La pena fue el rejón de muerte. Era faena de dos, pero el feo pinchazo antes del rejonazo dejó la faena en un apéndice. Sí las pudo cortar en su segundo tras una faena emotiva a otro buen toro de Bohórquez. Muy bien Leonardo, que supo combinar el toreo más ortodoxo, con dosis de espectacularidad necesaria para hacer entrar al público en faena. Muy templado estuvo con Despacio, que batió muy bien al pitón contrario y llevó muy cosida a la grupa la embestida en el toreo a dos pistas. El toque de arte lo puso con Sol, caballo de enorme expresión, y la guinda perfecta fue con Xarope, con quien preparó las suertes con espectacularidad y clavó tres cortas en un palmo. Rejón algo desprendido que resultó eficaz y desató la euforia del público. El peón estuvo hábil, que es virtud necesaria en los auxiliares de los de a caballo.

Conectó de primeras Lea Vicens con el público de Castellón, muy con la francesa en todo momento. Tuvo acometividad el tercero de la tarde, que embistió con transmisión en los primeros tercios. Toro bravo. Una movilidad que aprovechó muy bien Lea Vicens, que dejó los mejores momentos con Bético. Muy sincero el toreo de frente y gustándose en el toreo de costado. Bien ligado todo cuanto hizo y llegando al público. Mató de un buen rejonazo en dos tiempos. Se le pidió con fuerza la segunda oreja. No se quiso quedar atrás y salió a por todas frente al sexto, de nuevo otro toro de Bohórquez con opciones. Faena que fue siempre a más. Petit Pois le puso temple de salida. En banderillas, tiró de raza con Gacela y clavó con habilidad con Bazuca. Acabó con dos cortas montando a Jazmín muy reunidas. Tras pinchar al primer intento acabó con el toro de un fulminante rejonazo.

Oreja y puerta grande.