Más de tres cuartos de plaza había en el festejo de rejones del martes 5 de marzo de 1991. El sol, lleno hasta arriba, y media entrada en la sombra. El público acudió al reclamo de un hierro legendario como es el de Concha y Sierra, entonces en manos de El Litri, que a la postre dio buen juego y todos los astados fueron ovacionados en el arrastre. En el cartel, los mejores del momento: Javier Buendía, Antonio Correas, Ginés Cartagena y Luis Domecq, que dieron una gran tarde de toreo a caballo. A eso ayudaron los conchaysierras, ganadería que, apartada del toreo a pie por los caprichos de los toreros, se lidiaba en algunos festejos de rejones de la época, hasta que acabó por no lidiarse ni a pie ni a caballo. Una pena para esta legendaria divisa.

Ginés Cartagena fue el único que cortó dos orejas de un toro y lo hizo con las armas que le llevaron a ser quien fue, la espectacularidad y una entrega sin límites. Javier Buendía paseó un trofeo, y otra en la collera con Ginés, lo que le hizo que ambos salieran por la puerta grande. Antonio Correas y Luis Domecq también tuvieron buenas actuaciones, por separado y en colleras, pero el mal uso del rejón de muerte les dejó sin premio a los dos en el festejo. Por cierto, Luis Domecq tuvo que actuar con caballos de Manuel Vidrié por culpa de la peste equina que había entonces y afectó a su cuadra.

Tan buena fue la corrida de Concha y Sierra, que Buendía y Cartagena obligaron al mayoral a dar una vuelta al ruedo con ellos al finalizar el festejo. H