Como si de un gran castellonera se tratara, Castàlia eleva la figuración de su monumento a las claves casi pictóricas en su boceto. Con una potente base, que sostiene los elementos ornamentales, la estructura se conforma como un gran tótem que se eleva hasta los altares de la ‘festa plena’ con el poderío de una peregrina con su cayado, con el báculo de la Magdalena, que soporta la figura sostenida por sus brazos, llenos de simetrías y luz.