Un año más Castelló se hace romero. Miles de personas se han congregado en la plaza Mayor con la caña en la mano para iniciar la peregrinación a la ermita de Santa María Magdalena. Como se ordena en la ‘consueta’, un cortejo cívico presidido por la alcaldesa de la ciudad, Amparo Marco, y las reinas de las fiestas, Natalia Palacio y Natalia Collazos, se dirigieron desde el Ayuntamiento hasta la concatedral de Santa María donde esperaron al clero.

Formada ya la comitiva oficial, con el consistorio en pleno, la Romeria encaminó su rumbo por la calle Colón, calle Mayor, plaza María Agustina, avenida Capuchinos y Primer Molí, donde, como reza la tradición el preste de la rogativa se quita la capa pluvial.

Tras esta ceremonia, los romeros, canya, cinta i rotllet en mano, se dirigieron rumbo a la huerta castellonense para recorrer el sendero que lleva hasta la ermita de Sant Roc de Canet, primera parada del peregrinaje y en la que se simbolizó la frase popular de ‘Sant Roc de Canet, figa i doset’. Y, desde el oratorio del santo pestífero, los peregrinos continuaron su rumbo hacia la ermita de la santa penitente, en una ceremonia en la que lució el sol, al abrigo de la fundación de Castelló.