Hay una puesta en valor de las gaiatas de la ciudad». Lo dice en estas mismas páginas el presidente de Tir de Colom, Javier Gimeno, experto gaiater, quien proclama el hecho de los símbolos de luz como «esencial y fundamental de la fiesta magdalenera», y como así se decidió en el origen de los festejos mayores de la ciudad, en el año 1944, declarando estos colectivos como castellonerismo y la esencia de Magdalena.

Y es que Tir de Colom es un ejemplo más, como el resto de las 18 comisiones de sector, de ofrecer a los castellonenses un completo abanico de actos para los vecinos, para los castellonenses en general: verbenas, actividades infantiles, actuaciones, sesiones gastronómicas... en la generosidad manifiesta de trabajar para la fiesta popular.

La gaiata del parque del Oeste, en la máxima de colectivo dinamizador social y cultural de su barrio, como se dejó palpable en la génesis de una estructuración de la fiesta perfectamente delimitada desde 1945, y con las pinturas murales que reflejan el arte rupestre levantino en la plaza Juan Bautista Porcar como testigo, consigue todos los años que los vecinos de la demarcación territorial del guarismo 17 tengan sus propias fiestas, su propio programa de sector en el compromiso constante para celebrar el jubiloso y anual tercer domingo de Cuaresma, festa major.

Más aún, cuando al tratarse de una gaiata apartada del centro de la ciudad, hay una vocación en la comisión de la 17 de entregarse desde los sentimientos de aprecio a las tradiciones a cumplir la renovación de las promesas de l’orgull de genealogia.

Calles como Lepanto, Juan Bautista Poeta, San Juan, San Eloy, Juan Ramón Jiménez, Grupo La Paz, Ribelles Comins, República Argentina, plaza de las Comunicaciones... se llenan del color verde Magdalena durante la semana grande, fundamentalmente porque existe el gran equipo humano de la gaiata 17, la del Tir de Colom, parque del Oeste y calles adyacentes.