Engalanado como una casa tradicional china, el Palau de la Festa fue decorado con dragones alados, globos luminosos, talismanes colgantes y lonas con caracteres serpenteantes para acoger la presentación por todo lo alto de una gaiata 5 más asiática que nunca. Hort dels Corders recurrió a la temática y la escenografía orientales para dar a conocer a sus nuevas madrinas para la Magdalena 2017 en un acto muy vistoso y lleno de color. Baile, percusión, teatro y, sobre todo, mucha emotividad, se aunaron durante la velada ante un público entregado, que se quedó admirado por el laborioso montaje y la brillante puesta en escena de este histórico sector fester.

Más allá de que la dedicada elaboración del atrezo fuera un auténtico trabajo de chinos --y nunca mejor dicho--, todas las ornamentaciones cuidadas al detalle tenían en común el mismo objetivo: encumbrar el madrinazgo de Raquel del Vigo Ferrer y Anna Barberá Roig, quienes, desde el sábado, son las máximas representantes de manera oficial de la gaiata Hort dels Corders.

Pero antes de rendir honores a las flamantes madrinas, había que dar un merecido adiós y agradecer su leal labor a sus predecesoras, las dos chicas que dejaban el cargo después de vivir un año mágico, Noelia Capdevila Durán y Laura Altarejos Bono. Acto seguido, fueron desfilando paulatinamente las ocho damas de honor que componen la comisión mayor. Abrió el fuego Paula Giménez Colomo, acompañada por Luis Ulldemolins, actual tesorero, quien recibió un obsequio en agradecimiento a sus 25 años de labor y dedicación dentro del colectivo. En segundo lugar, cruzó la pasarela Paula Hernández Capdevila, del brazo de Carles Turch. A continuación, fue el momento de Lledó García Martín, quien subió al escenario escoltado por Jose Valls. El tándem formado por Zaida Reboll Cabedo y Sergio Gil fue la siguiente pareja en tomar asiento delante de la esmerada casa tradicional china que presidía el Palau, seguidos por Marta Sara Andrés Navarro y Jesús Doñate. Instantes más tarde, entró en escena Beatriz Magdaleno Altarejos, al lado de Sergio González, mientras que su hermana, Ana Magdaleno Altarejos, y su acompañante, Alfonso Altarejos, fueron el séptimo binomio en aparecer. El último turno recayó en la figura de Carla Parra Bellido, bien resguardada por Omar García.

Poco después, harían lo mismo sus homólogas infantiles: Carla Domeque Cortés, Siyam Santamaría Navarro, Marina Doñate Soler, Patricia Doñate Soler y Laia Clausell Fabregat, damas, y Janire Jaén Toribio, madrina de honor. Sin embargo, a diferencia de las mayores, las seis representantes infantiles accedieron al escenario solas, pues su acompañante, Pau Pérez, era tan solo un bebé de apenas unos meses, cuya aparición protagonizó el momento más tierno de la noche.

Aunque el instante más especial del evento fue el esperado por todos, esa estampa por la que centenares de personas abarrotaron el asiático Palau. Es el caso de la bienvenida a las nuevas madrinas de la gaiata 5, Raquel y Anna, que recibieron las bandas acreditativas de sus cargos de parte de Arantxa Miralles Benages, presidenta de la comisión. Sus desfiles arrancaron los aplausos y vítores más sonoros de toda la ceremonia y levantaron de sus asientos al multitudinario público que asistió al acto, a la vez que se iluminaban los numerosos globos que colgaban del techo.

Otro gesto que cautivó a la audiencia se produjo cuando las representantes ofrecieron a sus madres un regalo, en agradecimiento eterno a todo su esfuerzo «por hacer cumplir sus sueños».

Pero la ceremonia brindó muchos más momentos dignos de reseñar. Uno de ellos fue la actuación de Wanda y Wendy, dos hadas sin fronteras que aseguraban ser las artífices de la Magdalena, y del presidente de China, a quien ambas ayudaron a organizar las mejores fiestas posibles para su país. Eran los personajes de una pequeña obra de teatro interpretada por miembros de la comisión de Hort dels Corders, la cual separaba los diferentes bloques de la presentación y ejercía como hilo conductor del acto.

También se hizo notar la presencia de la cofradía Desperta, Ferro, cuyos bombos y tambores de combate resonaron en el Palau y dotaron de ritmo y percusión al evento. La nota más artística la protagonizó un equipo de animación formado por improvisadas geishas, que amenizaron la protocolaria velada con distintos espectáculos de carácter oriental. Mención especial a la danza del dragón, en el que las chicas sostuvieron un dragón sobre postes y desfilaron haciendo que este venerado animal en China subiera y bajara, dando la sensación de que bailaba a medida que se acercaban al escenario. Fue el broche final a una noche muy colorida, con claro acento oriental made in Castellón, que permitió a las nuevas madrinas de la legendaria gaiata 5 sumergirse en las profundidades del mundo de la gran fiesta magdalenera. H