Epicentro de fiesta y de hermandad con la pasión al mundo del toro siempre como denominador común. El buen tiempo y su íntima proximidad al coso taurino hicieron, un día más, que la Fira del Bou del parque Ribalta luciera un cálido ambiente, con gente de todas las edades y geografías departiendo apaciblemente después de comer o tomando un tentempié.

Así lo hicieron copa en mano Jorge, Carlos y Juan, tres amigos que llegaron de Fortanete, Cantavieja y Mora de Rubielos (los tres municipios en Teruel) aprovechando su día de libranza para dejarse contagiar por la fiesta castellonense. «Ojalá pudiéramos quedarnos toda la semana y no hacer solo una escapadita», comentaba uno de ellos.

De más cerca procedían María, Carmen y Gloria, que dejaron atrás durante unos días Ribesalbes para instalarse esta semana en Castelló. «La Magdalena es imperdible, solo es una semana al año», clamaba una de las jóvenes.

Néstor y Ferran, vecinos de la Vall d’Uixó, también decidieron pasar el tiempo de transición entre la comida y el inicio de las exhibiciones de las escuelas taurinas en la barra del Rincón Taurino. «Para mí, este año los aficionados podemos disfrutar de un mejor cartel que el del año pasado. Y, en especial, el mejor día de todos será el sábado, con la participación estelar de Morante», explicó Néstor.

Pero no todo el público visitaba la Fira del Bou para saciar su sed. Otros asistentes, como Loli y Marisol, paseaban por los estands del recinto cuando sus respectivos nietos, Diego, Aroa y Claudia, señalaron con el dedo a otro de los reclamos que más interés levanta en el recinto, el toro con ruedas, con el que no dudaron fotografiarse todos juntos.