Estampas de fantasía e imaginación en el acto más divertido de las fiestas internacionales de la Magdalena. El preferido por los niños y el que anuncia la recta final de los festejos magdaleneros.

Coso de esencias de primavera, con la evocación de las antiguas batallas de flores. Guerra incruenta entre público y participantes y viceversa de tarde de Magdalena dorada y avanzadamente arlequinada de buenos presagios y bienavanturanzas en la avenida del Rey Don Jaime.

Un coso que regreso a su circuito de hace dos años tras la desangelada experiencia el año pasado en el Bulevar Blasco Ibáñez, y que invadió de júbilo ilusionante un recinto en el que podía haber perfectamente más de 10.000 personas, viviendo una aventura de papelillos de colores y triunfo de la diversión.

Más de 10.000 espectadores, -según fuentes de la Policía Local- fueron testigos de un exuberante cortejo de antiguas evocaciones de ceremonias de puestas de largo, pero ahora de vestidos de labradora en la consumación de un estado de felicidad máxima.

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