Tres reverencias con tres genuflexiones y devoción a flor de piel. Les Tres Caigudes volvieron a emocionar en el Forn del Pla, en un acto organizado por la Muy Ilustre Cofradía de la Purísima Sangre de Jesús. La Tornà de la Romeria, con los romeros y carros engalanados, discurrió hasta la calle Sant Roc, para fundirse con la procesión de penitentes del tercer domingo de Cuaresma. Los clavarios, a hombros con el Cristo crucificado del escultor castellonense Juan Bautista Adsuara, recibieron a las autoridades. La alcaldesa, Amparo Marco; la reina, Natalia Palacio; el obispo Casimiro López; y el vicario de la concatedral de Santa María, David Barrios, contemplaron ayer Les Tres Caigudes.

En esta ocasión, la figura de San Juan la encarnó Carlos Sánchez Mateu; la Virgen María fue María Sales Benassar; María Magdalena, la pequeña Marta Sales Benassar; y, el papel de María de Cleofás recayó este año en Lidón Sánchez Mateu.

Hospital de Trullols

El hermano mayor de la Cofradía Nacho Valls explicó que, como novedad, se resaltó la parada de la procesión frente a la capilla de la Sangre, «que abrió sus puertas», y frente a la cual se repitieron Les Tres Caigudes. «Así, se recibe a la romería penitencial en el antaño Forn del Hospital. Y es que esta Cofradía tuvo a su cargo el cuidado de enfermos del Hospital de Trullols, fundado a finales de la Edad Media», reseñó.