La avenida Rey don Jaime es uno de los ejes vertebradores urbanos de Castellón más representativos. Un vial inconcluso, cuyo proyecto quiso conectar en los años 50 del pasado siglo el norte con el sur del entramado de la ciudad. En el centro de la avenida surge victorioso y grandilocuente el bronce del escultor Viciano que representa a Jaume I

Una escultura que, con mirada altiva, es testigo directo de los avatares cotidianos de la capital de la Plana. Un Jaume I de pie sin caballo, a diferencia de su homólogo de la capital del Turia, y sobre todo, con su rasgo característico, su venerable yelmo coronado por un dragón alado, símbolo directo de la comisión con el guarismo 5, Hort dels Corders. Es, sin duda, la gaiata del Rey la que atesora la historia de gestas y batallas. El rey desde su pedestal porta en la mano el documento de privilegio de traslado a los castellonenses que vivían en el cerro de la Magdalena para conseguir repoblar la Plana.

Una decisión que dio carta de naturaleza a la ciudad de Castellón como pueblo. Un bronce de 2,60 metros y realizada por el escultor castellonense José Viciano Martí, un artista que gozó de los favores de la reina regente María Cristina que lo nombró proveedor de la Casa Real. Una obra de extraordinaria factura en la que aparece el monarca en franco gesto de respeto y poder.

‘CARRER DE LA VIETA’ // Ganador de premios internacionales, Viciano tiene también una calle dedicada, entre la plaza Borrull y la plaza de la Paz. El popular carrer de la Vieta, y cuyo nombre todavía se conserva en el imaginario colectivo castellonense.

Un bronce que ha tenido varios diseños. Primero, rodeada por una verja modernista, obra de Ros de Ursinos, después con un pedestal de columnas corintias verdes y, por último, el actual formato institucional para acercar la escultura a los castellonenses.