Escalón a escalón, y así, hasta 198. Conocer el Fadrí es conocer un poquito más el alma de Castellón y de esto sabe mucho la Colla El Pixaví, gracias a la cual cada año, en estas fiestas, se desarrolla esta visita guiada gratuita al campanario.

Rozando ya el 30º aniversario, en este 2017 se cumple la edición número 29 de esta tradición, la visita al Fadrí, que despierta siempre gran expectación. «En esta ocasión, hemos adelantado el inicio casi media hora --desde las 15.35 horas--, para aprovechar más las horas de luz y que puedan subir al Fadrí por cuantos más vecinos y vecinas, mejor», explican desde la organización, que preveía alcanzar un nuevo récord, «de entre 700 y 800 visitantes al Fadrí». Familias, jóvenes, collas de amigos y muchos castellonenses, que, incluso, repiten y ya van «por su tercera o cuarta» escalada para disfrutar de grandes vistas de la capital y de los retazos de historia, explicados por guías especializados. Detalles de una tradición, que va más allá de la Magdalena, y ayuda a la conservación del monumento. Así lo explica, con orgullo, Vicent Rovira, de la Colla El Pixaví, quien organiza a la gente que va llegando a los pies del Fadrí, haciendo cola, en la planta baja, junto a Enric Sorribes.

Los visitantes van pasando, «en grupos de 30 ó 32 personas», siempre todo bajo control, «pero repartidas en cada estancia llegan a haber en el interior del Fadrí unas 150 al mismo tiempo».

La ocasión es única, afirman, «para conocer cada estancia, de la mano de historiadores especialistas» del Pixaví. «En la sala del reloj, el relato corre a cargo de Ximo Montañés; en la prisión, Ana Marzá y José Juan Sidro; en la vivienda del campanero, Tico Querol y Joan Peris; en la sala de campanas, Joan Andrés Sorribes; en la cúspide del Fadrí, Tico Serrulla; y como coordinador de escalera, Salvador R.», indicó.