Las fiestas de la Magdalena de Castellón siempre se han caracterizado por las ganas y por la necesidad constante de renovación y de modernización por parte de una población convertida en motor del cambio. A principios de los 80, con la llegada de los ayuntamientos democráticos y ante la exigencia por parte de amplios sectores de unas fiestas más populares, se produjo la primera renovación del programa de fiestas. En este periodo se ampliaron las actuaciones a todos los sectores y los barrios periféricos se convirtieron también en el escenario de la semana festiva.

No obstante, la gran revolución se produjo una década después de la llegada de la democracia. Fue entonces cuando se planteó la necesidad de que los propios festeros debían asumir la organización de las fiestas ante las reticencias por parte de un Ayuntamiento que no quería perder su cuota de poder. En 1986 Moros d’Alqueria celebró su décimo aniversario con la organización del II Congreso Magdalenero. Al respecto, conviene recordar la séptima conclusión que hacía referencia a la Junta Central y que decía lo siguiente:

«Sobre la base y el deber del Ayuntamiento de Castellón en lo referente a las fiestas, como una más de sus obligaciones, se entiende que la Junta de Fiestas que actúa por delegación del municipio debe tener un carácter absolutamente representativo. Se entiende que esta junta representa a toda la organización de las fiestas y, por tanto, debe reunir a todos los estamentos que la integran. Este aspecto representativo se considera fundamental y el primer paso es la urgente revisión, actualización y aplicación de sus estatutos».

Un pleno monográfico

Pasaron prácticamente dos años cuando, en febrero de 1988, el Ayuntamiento celebró un pleno monográfico sobre fiestas. Después de una larga negociación, se aprobó una propuesta consensuada por todos los grupos políticos con el objetivo de elegir una comisión asesora que se encargara de redactar los nuevos estatutos. El siguiente paso fue la convocatoria de una Asamblea de Fiestas, donde se aprobaron los estatutos de la Fundación Municipal de Fiestas con tres abstenciones y ningún voto en contra. Apenas unos minutos después, Sebastián Pla fue nombrado presidente de la primera Junta de Festes de Castelló para los años 1989 y 1990.

Por primera vez, éramos los festeros los que íbamos a organizar las fiestas sin intromisión política alguna. Esas ganas de renovación se tradujeron en numerosos cambios. Fue en aquella época cuando se introdujeron nuevos actos en el programa de las fiestas de la Magdalena, algunos de los cuales se han convertido en referentes con el paso de los años. Trabajamos con ilusión y tratando de ofrecer soluciones a los problemas que siempre aparecen. Hoy, tres décadas después, podemos afirmar que, gracias a aquel impulso, las fiestas mejoraron de forma sensible, sobre todo, en lo referente a la mayor participación por parte de los diferentes colectivos festeros.

Con posterioridad, hemos sido varios los que hemos asumido la presidencia de la Junta de Festes. En estos 30 años, hemos estado al frente de la Junta, por orden desde el 1989, Sebastián Pla, Luis Miguel Doménech Company, el que firma, Sixto Barberá, Juan José Pérez Macián, Raúl Pascual, Pere Pau Montañés, Jesús López, Juan Vicente Bellido y, actualmente, Noelia Selma.

Algunas veces con más acierto y otras con menos, todos los presidentes hemos aportado trabajo e ilusión en la organización de las fiestas. Y lo hemos podido hacer bajo el amparo de la Fundación Municipal de Fiestas, hoy en día desaparecida y sustituida por el Patronat Municipal de Festes.

Nuevos estatutos, clave

Con este cambio se ha logrado una estructura más profesionalizada, al tiempo que la Junta de Festes ha perdido capacidad de decisión, frescura y dinamismo. Ante esta situación parece evidente la necesidad de consensuar unos nuevos estatutos -o al menos de revisar y modificar los existentes- que permitan hacer frente a los retos y necesidades que plantea la organización de las fiestas fundacionales, como marcó ya el cuarto Congrés Magdalener hace ya un año, en una ciudad como Castellón, capital, y declaradas como de Interés Turístico Internacional.

* Presidente de Junta (1992-95)