Propietario:

Justo Hernández .

Divisa: Blanca y roja.

Genera expectación e interés como si de una figura del toreo se tratase. Y es que Garcigrande tiene rango de máxima figura en lo suyo. La divisa salmantina tiene peso específico en los carteles y a día de hoy es la ganadería más demandada por los toreros más importantes del escalafón y por los empresarios. Es, también, el toro de los grandes acontecimientos, o, al menos, su nombre ha quedado ligado a algunos de ellos en las últimas temporadas.

¿Quién no recuerda a Orgullito en Sevilla? Aquel toro marcó un nuevo hito en la casa y supuso la cima de una temporada 2018 en la que volvió a rayar a un alto nivel. Además de todos estos méritos, Garcigrande ha conseguido a base de hechos alejarse del manido tópico del toro de las figuras, usado para referirse a un animal previsible, criando un toro con un fondo bravo, exigente y emotivo, nada fácil de gobernar, capaz de crecerse cuanto más guerra se le plantee.

Su hoja de servicios en Castelló los dos últimos años no puede ser mejor. En el 2017, Alejandro Talavante cuajó una faena para el recuerdo con Vicario, al que el extremeño le cortó las dos orejas. Y el año pasado, el propio Talavante y El Juli triunfaron en esta plaza. Precisamente el madrileño, que en 2018 brilló con un encastado Heredero, volverá a encontrarse esta tarde con una ganadería muy vinculada a su trayectoria, que entiende a la perfección, con la que ha triunfado en todas las plazas -ahí está el mencionado Orgullito en Sevilla-- y que se adapta como anillo al dedo a su tauromaquia de sometimiento y profundidad. Los mimbres para el éxito están. Y no pueden ser mejores.