Territorio de L’Armelar, el del sector de la calle Navarra y adyacentes. El número 4. Historia, tradición y leyenda. Belleza castellonense de los edificios en la metáfora de la luz, el mar y la tierra en primavera. Mañana se presenta en sociedad cerrando el calendario una de las comisiones más arraigadas y con más carácter de la ciudad.

Sector de pasado de esplendor, presente inmediato y futuro prometedor que tiene en Andrea Vicente Ribes y Noa Pascual Soler, como máximas representantes gaiateras, la luz que hará rebrotar el simbólico escudo.

Junto al presidente, Alfonso Barreda, forman el cuadro de honor de una comisión que ha dado días de riqueza y gloria para las fiestas de la Magdalena en la vocación de las gaiatas como colectivos esenciales y fundamentales de las festividades oficiales de Castelló de la Plana. Porque sin gaiatas no hay Magdalena.

Dentro del sector destacaban como edificios singulares el Hospital Provincial, la iglesia de la Trinidad, el colegio Escuelas Pías de Castelló, y otros enclaves característicos. La gaiata se ubicaba los primeros años en la esquina de la calle Doctor Clarà con la Ronda, y más adelante el monumento de luz y color pasaron a instalarlo en la calle Pelayo.

Y es que el término gaiata no solo se aplica al monumento que da sentido a la fiesta, sino que por extensión engloba a las personas que hacen posible su existencia, la llamada comisión, y a la zona a la cual pertenecen, el sector. El conjunto recupera la tradición más pura de la ciudad.

L’Armelar constituye la última de las presentaciones de gaiatas, la que precederá a la gala de homenaje a las comisiones y la galanía de las reinas de Castelló. Porque las gaiatas son y serán siempre la esencia magdalenera como así ha sido desde 1945, nacimiento de la estructura actual de los festejos magdaleneros.

Mañana será un día memorable para los de L’Armelar, más aún para Andrea, Noa y Alfonso. Y es que cerrar el calendario de prólogos es uno de los mayores honores que se pueden tener.