Sobran presentaciones para Martín Berasategui. Siete estrellas Michelin hablan por sí solas. Este “artesano de la cocina”, que dice ser “uno más” de una generación que ha cambiado la cocina, es un amante de la gastronomía castellonense.

--¿Qué tiene de especial este premio para alguien que ha conquistado un total de siete estrellas Michelin?

---Es un premio que me dan unos amigos y por eso tiene un gran valor. Me considero un castellonense más al ver la sonrisa y las ganas de hacerme feliz que tienen mis amigos de L’Olla de la Plana. El mejor gintonic que he probado me lo hizo un socio de esta sociedad, y eso es algo que no se olvida fácilmente.

--¿Cómo entra en contacto con ellos?

---Soy socio de muchas sociedades gastronómicas vascas, entre ellas la Unión Artesana de San Sebastián, que está hermanada con L’Olla de la Plana. A raíz de esto nació una relación de estrecha amistad y tenía pendiente hacer una visita a un grupo de gente que se ha desvivido por hacerme disfrutar.

--Como cocinero, ¿cómo le ha influenciado la cocina valenciana?

--Tengo un amigo castellonense, Miguel Barrera, con el que he cocinado mucho. Y cuando se habla de cocina valenciana, me acuerdo de todo lo que me ha enseñado. En Castellón aprendo a cada paso que doy porque aquí se hace una cocina fuera de lo normal, y prueba de ello es el turismo gastronómico, creciente no solo en la Comunitat Valenciana sino en todo el país.

--Usted, que tiene 4 restaurantes en Barcelona, ¿qué opina del concepto de dieta mediterránea?

--Todos los cocineros de vanguardia saben que la cocina es salud. Si a esta combinación sumamos un entorno que permite una agricultura de primer nivel, tenemos un modelo exportado y copiado en el mundo entero. Ahora trabajamos con la misma humildad que cuando no nos conocía nadie, pero somos reconocidos. Y hay que reivindicar la cocina de autor, claro, pero el homenaje pendiente en nuestra cocina es a la ama de casa, que es la que nos ha cuidado, nos ha hecho sonreír y disfrutar.

--¿Cuál es la mejor paella que ha comido en su vida?

--Como comer es compartir, la mejor paella de mi vida es la que me he comido hoy en Castellón, con la gente de L’Olla de la Plana. H