Es joven, risueña, científica y, a sus 10 años, Laura Soto Aliaga es una pequeña patinadora de altos vuelos que ascenderá mañana, en la gran gala de l’Armelar en el Palau de la Festa, al trono de reina de los niños del sector. Es un oficio que conoce bien, pues el año pasado fue la máxima representante infantil de las fiestas de Viver, de donde procede su familia, y este año no ha bajado en el escalafón para una comisión que la adora.

En el colegio San Cristóbal sus compañeras la animan a pasarlo en grande cada semana en las presentaciones y esperan con ilusión poder saludarla al paso de su gaiata en el desfile al grito de la volteta, pero ella se mantiene firme, «sin nervios», con «muchas expectativas de pasarlo genial» en un año que será «inolvidable». Su madre, Amparo Aliaga, explica que «la niña lo vive mucho, lo siente, y así lo comunica. Ir al Palau cada semana es sagrado y pasa por encima de muchas otras celebraciones. Le encanta la gaiata». Y añade que «desde los 3 años se viste cada año, cada Magdalena, en un sentimiento imperante en casa» que cuando les invitaron a que fuera madrina, no lo dudaron, «y ella tampoco», señala.

La peque, a la que le encanta «patinar y bailar», pertenece al club de patinaje artístico Piruetes de Almassora, donde compite con buenos resultados. Y en casa o en el colegio, en las presentaciones del Palau o en los actos en los que se tercia, mover el esqueleto la hace «muy feliz». «Me gusta toda la música», explica la madrina infantil.

Esperando a la Magdalena 2018, sueña con el Coso Multicolor, donde quiere «lanzar miles de confetis»; y con participar en la Romeria de les Canyes y en la Ofrena a la Mare de Déu de Lledó. «Quiero ir a todo y guardar cada momento en mi cabeza, para acordarme siempre de este año inolvidable», resalta.