Peregrinaje con paraguas. La lluvia, que hizo acto de presencia en el último tramo de la Romeria de les Canyes, justo cuando las reinas de las fiestas, Carla Bernat y Lucía Burguete, entraban junto a la comitiva oficial en la explanada del otero cuaresmal, no impidió para nada que los castellonenses disfrutaran de su día grande. Razones de tradición son suficientemente poderosas para que nada ni nadie turbe la paz magdalenera. A primera hora de la mañana la peregrinación a la ermita de Santa María Magdalena, junto al Castell Vell, acto central de las fiestas, declaradas de Interés Turístico Internacional.

El día había amanecido nublado, pero no ha sido hasta pasadas las 12.00 horas, cuando la comitiva estaba a punto de llegar a la ermita, cuando la lluvia ha hecho acto de presencia, aunque sin hacer mella entre los romeros, que mantienen inalterable su compromiso de hacer cumplir la tradición.

La comitiva partió de las casas consistoriales, liderada por las reinas, por delante del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, inició el camino a la Magdalena junto a la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, y buena parte de la corporación municipal, así como el conseller de Educación, Vicent Marzà; el delegado de Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Moragues, además de diputados nacionales y autonómicos de todos los colores.

Tampoco el presidente de la Diputación, Javier Moliner, se quiso perder la Romeria, así como el obispo de la diócesis de Segorbe Castellón, Casimiro López Llorente. Según informaciones de la Policía Local, la Romeria de les Canyes de este año contó con 123.000 participantes.

Una peregrinación de rituales, de excelsos contenidos, de formas y gestos, de amaneradas leyendas y requiebros cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Así, si la primera es en el Primer Molí, donde el preste de la romería cambia su capa sacerdotal, en Sant Roc de Canet se desarrolla una recepción por parte del ermitaño a las autoridades y romeros, y se escucha el Cant dels gojos de la Santa de Magdala. Y, ya en el castro antiguo y venerable, la misa de los romeros, de resonancias medievales.

Los romeros también visitan, asimismo, el convento de las Carmelitas Descalzas en su camino a Lledó. Y a las 18.00 horas era la llegada de los romeros a la basílica de Lledó. Pero, eso ya es otra historia magdalenera.