La alegría de la luz gaiatera del Grao se refleja en Lucía Benítez García, madriana infantil del distrito marítimo para las fiestas de la Magdalena del 2019. Satisfacción doble porque a su condición de madrinazgo se une el trono de las todavía lejanas fiestas de Sant Pere, las patronales del barrio pescador castellonense. Y es que, con sus características propias, el Grao alimenta esas ganas de fiesta popular y participativa que se convierte cada momento de esparcimiento y dolce farniente en el ciclo anual del Grao.

«Soy la representante de todos los niños de mi sector», seña ufana Lucía, a la hora de describir sus sentimientos al frente de la grey infantil en clave 12. Estudiante de 4º de Primaria en el colegio nacional la Marina, asegura que algunos de sus compañeros dicen que es un rollo vestirse, «y otros que es muy divertido y muy chulo», y también que va «muy guapa», concreta.

Cara a la presentación de este sábado desea que «sea muy divertido y distinta a otros años», resalta la niña que tendrá el privilegio de lucir la banda de gaiatera marinera para el año 2019.

De los actos programados para la semana grande, Lucia enumera «el Coso Multicolor, el Pregó, la subida a la Magdalena y la procesión de las gaiatas». Y lo hace con el convencimiento de compartir vivencias y alegrías con «los muchísimos niños, más de 20», que forman parte de la comisión. «Lo pasamos muy bien y jugamos todos juntos, tanto pequeños como más mayores», relata dentro de su aventura de presidir la fiesta marinera en forma de gaiata.

Afirma, contundente, que de mayor quiere ser «maestra y/o peluquera», pero mientras llega ese futuro ilusionante, Lucía vive el presente más inmediato con la gala que afronta este sábado en su proclamación como madrina infantil. No dice de qué color es su falda de castellonera, «porque es un secreto», pero «os encantará», asegura. E invita a los niños de Castellón a que sigan la estela de la luz cautivadora en el milagro anual de las fiestas de la Magdalena, entre la luz despierta y los requiebros de luminarias que irán embriagando a los chavales a su encuentro con la ermita de la santa penitente, que recibirá a los niños marineros que son también fielmente castelloneros.