Un test rápido a seis días de que empiecen las fiestas de la Magdalena. Por aquello de ir abriendo boca mientras piensa dónde guardó la blusa negra. ¿Quién fue la primera reina de Castellón? ¿Cómo nació el Rotllo y Canya? ¿Cómo fue el primer Coso Multicolor? ¿Y el primer Magdalena Vítol? La ciudad se prepara ya para celebrar los 768 años de su fundación, pero las fiestas, tal y como las conocemos hoy, son mucho más recientes. Nacieron un mes de marzo de 1945, el mismo año en el que se inauguró el estadio Castalia. Hagan números: hace exactamente 75 años.

Aunque la primera referencia a la processó del Castell Vell es de 1374, no fue hasta hace 75 años cuando se produce el punto de inflexión. Unos años antes, en 1937 y 1938, en plena guerra civil, las fiestas se interrumpen y en 1939 se restablece la romería religiosa y las gaiatas. «Las fiestas de 1939 supusieron el renacimiento de la tradición. El día anterior a la Romeria, a las doce, se volteó la campaña María, algo que no sucedía desde el alzamiento militar del 36», explica Juan José Trilles, delegado provincial de la Federación de Juegos y Deportes Tradicionales de la Comunitat y autor de la investigación Influència de la ciencia i la tecnología en les tradicions festeres de Castelló.

Hasta ese momento hablar de las fiestas de Castellón era hablar de la Romeria y de alguna corrida de toros. Poco o nada más. Pero un grupo de intelectuales, encabezados por el farmacéutico Manuel Segarra Ribes, se puso manos a la obra y empezó a introducir cambios en las fiestas de una ciudad que en aquella época tenía 40.000 habitantes. De aquellas reuniones nació el Pregó, el concurso de carteles de fiestas, el primer certamen literario y se recuperaron las antiguas corregudes per la joia. «Todos los colectivos estaban por la renovación, por el cambio», recuerda Trilles.

Desde la plaza Fadrell

El primer Pregó de la Magdalena se celebró el sábado 3 de marzo de 1945. Empezó a las 17.30 horas y salió desde Fadrell. «Segarra Ribes propuso una cabalgata al estilo de la realizada en 1939 y dedicada a la mujer castellonera. Además, se inspiró en la gran fiesta que tuvo lugar en Castellón con motivo de la proclamación de Carlos IV en 1789», describe Estela Bernad, doctora en Comunicación por la Univesitat Jaume I, miembro de la Junta de Fiestas desde el año 2008 al 2013 y autora del artículo L’origen de la cavalcada del Pregó.

Aquel primer Pregó, concebido para anunciar las fiestas de la Magdalena, fue preparado al milímetro, y la última carroza en desfilar fue la de la primera reina de las fiestas: Carmen Abriat, hija del por aquel entonces capitán general de la región militar con sede en Valencia. Carmen reinó en un año en el que el premio a la mejor gaiata se lo llevó la 11, San Roque.

1945 fue el año de las primeras fiestas de la Magdalena tal y como las conocemos ahora y 1946 el año del Rotllo i Canya. El pasodoble que compuso José García Gómez se alzó con el premio del concurso de pasodobles celebrado en la plaza de toros de Castellón y, enseguida, se convirtió en uno de los símbolos festeros. «Aquest pasodoble te farà inmortal, Pepito», le decían al compositor nada más conocerse que su obra musical era la ganadora. Y acertaron.

El primer Pregó recorrió las calles de Castellón hace 75 años y la cabalgata infantil tuvo que esperar unos años más. Fue en 1948 y, aunque en principio no era más que un desfile de niños y niñas acompañados por sus padres, desde 1952 se impuso que los pequeños fueran vestidos de manera tradicional y se estrenó el reparto de golosinas. Hasta 1969 no hubo reina infantil, un cargo que inauguró Asunción Adsuara, nieta del creador del Pregó.

Más actos en el programa

A medida que pasaban los años se iban incorporando actos al programa y la primera vez que se hizo un homenaje al rey Jaume I fue en las Magdalena de 1952, año en el que se conmemoró el séptimo centenario de la fundación de la ciudad. No obstante, no fue hasta siete años después cuando el homenaje fue organizado por la Germandat dels Cavallers, una entidad que aquel entonces presidía Joaquín Olucha Marzá, de quien partió la idea de nombrar a una representante femenina para encarnar la figura de Na Violant d’Hongria.

El mismo año que Asunción Adsuara se estrenaba como reina infantil nacía el Coso Multicolor. También aparece el pañuelo verde como otro de los símbolos de las fiestas, les mascletàs diarias y los castillos de fuegos. En aquel primer coso desfilaron las comisiones del sector, que en aquella epoca solo eran 12, y el circuito fue plaza Huertos Sogueros, calle Bayer, Puerta del Sol y Ruiz Zorrilla». Poco después, aquella primitiva batalla de flores se convirtió en un coso multicolor, de manera que las flores fueron sustituidas por confetti. Y otra curiosidad: en los 90, el Coso desapareció del programa de fiestas para volver a estar presente desde 2001.

El Mesón, en Pescadería

El debut del Coso coincidió en el tiempo con la inauguración del Mesón del Vino. También fue en 1969. «Este año Castellón celebraba el 25 aniversario del renacer de las fiestas y fue el año también en el que la Junta Central encargó 2.000 pañuelos verdes al precio de 60 pesetas la unidad», recuerda Carlos D. Murria, hijo de Carlos Murria Arnau, el ideólogo y fundador de un mesón que este 2019 celebra, además, su 50º aniversario. La primera edición tuvo lugar en la plaza Pescadería y, aunque las primeras previsiones apuntaban a un consumo de unos 4.000 litros de vino, finalmente fueron más de 12.000.

Durante los cincuenta, el Teatro Principal acogió buena parte de las proclamaciones de las reinas y damas de honor de la Magdalena, y fue en 1962 cuando se puso en marcha un parador de fiestas, que se llamó Hostal de la Llum. Se instaló en la plaza Huerto Sogueros y allí se celebró la primera gala homenaje a las damas del sector, además de desfilar algunos de los artistas más reconocidos de la época, entre ellos el Dúo Dinámico y José Guardiola. ¿Lo negativo? El abono para toda la semana constaba 750 pesetas (400 para las chicas) y no todo el mundo podía pagar ese precio.

El 20 de febrero de 1971 se inauguró la Pérgola y rápidamente se convirtió en el nuevo parador de las fiesta. Durante años acogió las presentaciones de gaiatas, las imposiciones de bandas, la Galania y la cena de gala con motivo del Día de la Provincia.