El sábado 9 de marzo de 1991 se celebró por la tarde una corrida y por la noche una novillada con picadores, en la que dio un golpe de atención un novillero de Albacete con mucho temple: Manuel Caballero. Cortó una oreja en su primero y la espada en su segundo le privó de abrir una merecidísima puerta grande. A pesar de todo, dio una vuelta al ruedo muy cariñosa. Y es que Caballero toreó aquella noche con mucha suavidad, tanto con el capote como con la muleta, dejando momentos de mucha categoría y empaque. A sus manos cayó el mejor lote de novillos de la ganadería de Hdros. de Carlos Núñez. La divisa gaditana mantuvo el interés durante todo el festejo, destacando sobre todo el primero y el cuarto, que fueron los que le correspondieron en suerte a Caballero, y que resultaron ovacionados en el arrastre.

Por su parte, Finito de Córdoba dejó algunos detalles de calidad frente a su primero, en el que destacó toreando a la verónica. Fue ovacionado. Su segundo se aplomó enseguida y no tuvo opción. Destacó en banderillas Carmelo, que dejó un buen par en el quinto.

Cerraba el cartel Paco Senda. El novillero valenciano toreó con alguna merma física puesto que días atrás había tenido un accidente de moto, por lo que tenía la pierna escayolada. Se le atascó la espada en su primero, al que tiró muy bien en muletazos sobre la diestra; y tuvo menos fortuna con el sexto, que se quedaba corto y apenas dejó alguna serie estimable. H