“Vuelvo a mis colores, a mis azules, al grana, al oro. Creo que sentiré algo diferente en Castellón cuando me ponga de color y me vea otra vez de oro. El recuerdo de mi padre está en mí, pero es un paso”, ha asegurado José María Manzanares en una entrevista publicada por la compañera Rosario Pérez en páginas ‘abecedarias’. Después de todo un año en el que en ninguna sola tarde vistió otra cosa que no fuese el negro y azabache, en Castellón volverá a lucir el terno bordado en oro y raso de color. Los vestidos de luto quedarán a hora en el armario, encerrando en ellos muchas tardes de gloria y no menos lágrimas de dolor. Para Manzanares, vestir cada tarde de riguroso negro teniendo siempre en mente la figura paternal “fue durísimo”. “Quise hacerlo en homenaje y por respeto. Creo que es lo mínimo que se merece, pero en cada feria a la que iba me seguían dando el pésame”, declara el torero alicantino, quien añade que desea de todas las maneras “volver a la normalidad emocional”.

José Mari, que es hombre que le gusta vestir bien dentro y fuera de la plaza, ya ha encargado los ternos a la mítica sastrería Fermín de Madrid, donde seguro que las bordadoras trabajan a toda máquina para tener a punto estos “trajes del miedo”. H