Solemne y evocadora presentación la que se vivió la noche del pasado sábado en el imponente Palau de la Festa. Presentación por no calificarla de galanía, pues el acto que ofreció el sector de la plaza de España al público para dar a conocer a sus flamantes representantes bien merece una consideración mayor. Así, la gaiata 18 exhibió de nuevo su liderazgo, regalando una ceremonia cargada de tradición y con un montaje escénico digno de encomio, que rezumaba Orgull de genealogia por los cuatro costados.

Crèmor retrotrajo al público a hace 650 años, tomando como hilo conductor de la ceremonia el hallazgo de la imagen de la patrona de la ciudad, «la joya castellonera» y «la luz de nuestro sector». Con esas palabras rendía pleitesía Arturo España a la Mare de Déu de Lledó, quien, aparte de ejercer como un enérgico trovador, fue el encargado de realizar el guion de la obra de teatro que recrearía dicho episodio mítico dentro de la historia de Castellón. Para ello, unos brillantes Rafa Lloret y Sara Lloret interpretaron a los protagonistas de semejante descubrimiento, el labrador Perot de Granyana y su mujer, respectivamente.

De esta forma, con esta representación como telón de fondo y la estampa de la Mare de Déu contemplando el abarrotado Palau desde lo alto del escenario, Nadia Mas e Inés Llorens se coronaron como las madrinas del sector 18. Las dos bellas jóvenes accedían al trono de Crèmor y se consagraban como las máximas cabezas visibles de la gaiata para las próximas fiestas fundacionales. Fue, sin duda, el clímax y el momento más esperado de la noche, cuando ambas féminas irrumpieron en la larga alfombra central del Palau entre los vítores y los estruendosos aplausos de los presentes. Lo hicieron acompañadas de los respectivos presidentes de la gaiata, José Antonio Lleó y Álvaro Navarro.

Pero, antes de conocer a las principales exponentes de la familia Crèmor, era de buen recibo dar una sincera despedida a las dos chicas que habían precedido a Nadia e Inés en el cargo de más visibilidad de la comisión gaiatera. Son los casos de María Beltrán e Isabel Busto, quienes, después de capitanear con gallardía el colectivo hasta el pasado sábado, subieron al escenario una última vez como madrinas para, así,