Una inquieta, cariñosa y amable María Gómez Vicente se prepara para vivir otra vez los maravillosos sueños del país castellonero. En 2016 fue la pequeña luz del faro de la gaiata 12, la del Grao, y por ende reina de las fiestas de Sant Pere, y para 2017 será la madrina infantil de la 11, el sector de la glorieta de San Roque, el del Raval de Sant Fèlix y con la devoción constante a sus 10 años al compromiso magdalenero.

Una vivencia que afronta «con mucha alegría e ilusión», en palabras de esta joven castellonera, que califica los festejos mayores de la ciudad como «muy bonitos y agradables», resalta.

En sus ojos se refleja la desbordante inquietud por repetir otra vez los momentos coloristas de una semana grande magdalenera que ahora en la gaiata 11 serán más cercanos y palpables.

Con su hermana Lidia, de 16 años, y que también ostentó el madrinazgo marinero, y sus padres se apresta a compartir, si no lo esta haciendo ya, cada una de las vivencias que emanan de su cargo representativo.

Conocedora al máximo de la tradición magdalenera, responde rápidamente y sin dudar cuál es su acto favorito de las fiestas, «la romeria de la Magdalena, porque es el símbolo» de la semana grande. Y también destaca la cabalgata infantil, «cuando las madrinas se dan a conocer en Castellón», subraya esta niña vivaracha, ejemplo de pasión de la gente menuda en su entrega al hecho magdalenero.

Incluso, en un alarde de madurez, María manifiesta que no le gusta el Coso Multicolor. «Es muy aburrido», sentencia abiertamente, como quien tiene muy claro qué es la tradición y el porqué de las celebraciones en la primavera castellonense.

«ES MUY DIVERTIDO» // Estudiante de quinto de Educación Primaria en el colegio de la Marina del Grao, asegura que sus compañeros/as están muy contentos de que de nuevo sera madrina infantil. «Les gusta mucho», asevera.

No deja de afirmar lo divertido que se lo pasa en el seno de la comisión de la gaiata 11, «yendo los sábados al Palau, a las procesiones y a las diversas actividades que se organizan», puntualiza.

Por ello, no duda en invitar a los niños de Castellón a que se integren en una gaiata «porque se lo pasarán muy bien».

Palabras de María Gómez Vicente, quien atesora el privilegio de volver a ser madrina, la de la luz y la de la historia de la gaiata de la glorieta de San Roque.

Por méritos propios, además, ya que ha sabido a su corta edad empaparse de la tradición y el sentir castellonero, inculcado en una familia que siente como nadie lo que significa y representan las ensoñaciones del triunfante tercer domingo de Cuaresma. H