Tras haber pertenecido a las gaiatas 14, Castalia, y 15, Sequiol, entra en Portal de l’Om por la puerta grande, alcanzado el título de madrina, haciendo realidad su sueño deseado, llevar en su pecho la banda de representante de la luz, de ese símbolo de fiesta de la primavera en clave castellonera. De ese despertar a la juventud en el tercer domingo de Cuaresma.

Marta Agramunt Font es el exponente máximo de quien vive y siente las tradiciones de la ciudad desde el día al día y desde el corazón magdalenero.

«En la gaiata 8 me han acogido muy bien; estoy muy contenta», asegura una joven de 18 años dispuesta a no perderse ni un segundo la magia que envuelve los días refulgentes de la semana grande de la ciudad con una gente «extraordinaria».

Con la fortuna de contar, nada más y nada menos, con 8 damas de sector, lo que habla del empuje y entusiasmo que caracteriza a la gaiata del antiguo Solar de Santa Clara. Confiesa como sus actos favoritos, «la Romeria de la Magdalena, cómo no, el Desfile de Gaiates», un acto que le gusta «mucho», y la «Ofrenda de Flores, porque es muy bonito visitar a la patrona de la ciudad». Palabras de emoción y de sentimiento.

Estudiante de segundo curso de Bachiller en el IES Matilde Salvador, recoge el cariño de sus compañeros en su madrinazgo en Portal de l’Om. Y es que, para ella, disfrutar de la semana grande en el seno de una gaiata es «vivirla con mucha intensidad, muy diferente, porque conoces a gente increíble, es una experiencia muy buena y te acerca a las tradiciones», opina Marta.

Sentencia abiertamente que «sin gaiatas no habría fiesta» e invita a los jóvenes, y a los castellonenses en general, a que se adentren en el «mundo de la gaiata», como baluarte de la esencia de los festejos oficiales, de esa renovación de los votos del Castellón eterno en su tercer domingo de Cuaresma, la fiesta mayor e inmensa de la ciudad, y que resume la vocación de los castellonenses por ofrecer lo mejor de sí mismos para exaltar sus señas de identidad. Marta Agramunt es gaiata. Es guarismo 8. Es luz alegórica en forma de madrina.