Portal de l’Om demostró la noche del sábado por qué se encuentra en el olimpo del món fester. Lo hizo a través de una lograda analogía, engalanando un abarrotado Palau de la Festa como si del mismísmo Partenón se tratara. Con una escenografía apabullante, la gaiata 8 fue presentando una tras otra las 13 divinidades que irían tomando asiento bajo las esbeltas y majestuosas columnas dóricas que se habían diseñado con esmero para la ocasión.

Esa fastuosa réplica olímpica trasladó al público al hogar de los dioses del panteón griego, comandados por un enérgico y carismático Zeus, interpretado por un socarrón Rubén Peña, un asiduo en las actuaciones de presentaciones de gaiata. El ente supremo debía dirimir qué deidad debía ocupar un puesto en el anhelado Olimpo. El dios de la fiesta y la diosa de la música pugnaban por un asiento en ese mítico monte celestial, tratando de persuadirle de por qué cada uno de ellos debía de ser el elegido.

Mientras cada uno de los aspirantes mostraba sus virtudes y sus dotes al público, los jóvenes representantes de la comisión portalera fueron entrando en escena. Pero antes de dar a conocer a los nuevos rostros que ejercerán de embajadores del colectivo durante las próximas fiestas de la Magdalena, había que dar una emotiva despedida a las madrinas salientes y agradecer su fiel labor durante este último año. Para ello, Ana Goterris Estrada, dona de companya Na Dolça 2017, y Natalia Collazos Rovira, dama infantil de la ciudad 2017, subieron al ornamentado escenario ante los calurosos aplausos de sus más allegados.

Después de que una coreografía angelical rebajara la alta dosis de emotividad de la gala --más de veinte jóvenes se juntaron para llevarla a cabo--, las divinidades más bisoñas de Portal de l’Om tomaron asiento en el Olimpo. Para ello, Carla Ibáñez Fabra, Lledó Vicent Aparisi y Balma Morilla Torres --madrina de honor infantil-- fueron desfilando por la larga pasarela central del Palau.

A continuación serían sus homólogas mayores quienes acapararían los elogios del respetable. En riguroso orden, el dios del protocolo --una solemne voz en off que emanaba del cielo festero-- fue llamando a Nerea Sánchez García, Marta Andreu Sotos, Zaida Gálvez Rubia, Adela Archilés