Cuarenta años han pasado desde que los Moros d’Alqueria recibieron sus primeras 50.000 pesetas --de las de entonces-- de manos dels Cavallers de la Conquesta para participar en el Pregó, e intentar, desde la amistad y la confianza, dignificar la parte mora de este desfile provincial. Un agradecimiento que, desde el inicio, ha sido mutuo entre estas dos asociaciones culturales.

Los Moros d’Alqueria, que lo son oficialmente desde 1982, nacieron en el mes de mayo del año 1975 en la casa de Cristóbal Colón y Mercedes Navarro, quien desde un primer momento endulzó las reuniones y ensayos con sus sabrosas ‘figues albardaes’, según cuenta el presidente actual, Carlos Ramos.

En aquel entonces, señala, la Germandat era la única asociación que gestionaba la parte histórica del Pregó y, con toda generosidad, confiaron la parte musulmana a las diez personas que formaron la primera ‘filà de moros’ en la tarde del 20 de marzo de 1976, con Jorge Vitoria de primer presidente.

Antes de engalanarse con los trajes alquilados en la ropería de la Asociación San Jorge de Alcoi, y de desfilar al son de la banda de música de Sant Joan de Moró, fueron muchos los ensayos en la Gran Avenida de Benicàssim, lugar perfecto en el que ni molestaban ni eran molestados fuera de temporada.

Llegó el gran día y no todo salió a pedir de boca, porque llovió, pero el éxito y el compromiso de este nuevo grupo de castelloneros quedó patente en las crónicas de la época y también fue recogido por un equipo de una cadena de televisión japonesa que grabó las imágenes para realizar un reportaje sobre la ciudad y su historia.

Era tradición estos primeros años ataviarse con los vistosos ropajes --que han ido evolucionando-- y maquillarse en el colegio Maestro Canós y, al finalizar el desfile, también lo era acudir al bar El Boquerón para pagar a los músicos y compartir con ellos un piscolabis.

Diez años después de su primera aparición, realizaron el primer viaje como embajadores de Castellón a la Feria de Turismo de Stuttgart, junto al Patronato Provincial. No fue la única, le siguieron varias visitas que culminaron en 1997 en el quinto aniversario de Eurodisney París. Francia fue un destino recurrente en sus primeros años, con visitas a Villefranche de Rouergue, Parthenay, La Rochelle... junto con Italia y Rumanía, para cruzar después el Atlántico y poner el ojo en las grandes fiestas que unen España y América, en Colombia, Panamá, República Dominicana y Cuba; y, en el otro extremo del globo, hasta Hong Kong en China.

ALTRUISMO // El espíritu donante siempre ha imperado en un colectivo que ha sabido maquillar la fiesta con los colores de la internacionalización, que ha convertido el altruismo en el “mejor vehículo del compromiso con la cultura local y que ha contribuido en enaltecer la Magdalena, a la que ha dotado de la vistosidad y la musicalidad que siempre acompaña los acordes solemnes del paso del tiempo”.

Convertida en fundación, y de la mano de su homóloga Balaguer Gonel, encara un año que será pregonero de nuevos proyectos futuros al abrigo de cuatro décadas de ‘filaes’ y retos constantes. Logros como las placas de cerámica que vistieron la capital, el premio Moro de l’Any que inauguró el deportista Andrés Vera Llorens, o las actividades que han realizado estos años en una merecida fama que le ha servido para revalidar el himno que les compuso Josep Almela i Agost al afirmar que “Són els Moros d’Alqueria, fills del nostre Castelló, els que porten la batuta i donen força al Pregó”. H