Alas 16.30 horas se ha servido el último plato. Más de 5.000 personas han decidido que la paella patrocinada por Mediterráneo era la mejor opción para reponer fuerzas tras la romería a la ermita de la Magdalena y casi 34 años después, el chef Becerra ha vuelto a lograr que nadie se quedara sin su ración, costara lo que costara. Y así, mientras otros reposaban el menú bajo un sol casi más veraniego que primaveral, el equipo del cocinero cerraba un nuevo año en el mismo lugar y por el mismo motivo, con la satisfacción que siempre dan las felicitaciones.

Las cifras y los ingredientes no han variado de manera sustancial de ediciones anteriores. Cerca de 600 kilos de arroz, unos 700 kilos de carne (pollo, conejo y costilla), judía verde, bajocons, pimiento rojo, ajo... Tampoco el soporte, un paellón de 50 metros de diámetro, ni el intenso trabajo que preparar una receta de estas dimensiones supone para tantas personas. Pero sí que hubo novedad. Según el chef «para mí, ha habido más gente que nunca».

La insistente advertencia de «un plato por persona» se difuminaba entre la persistencia de quienes volvían con el apetito en aumento asegurando que «no solo está buena, sino muy buena», la mayor compensación para cualquier cocinero.