Voz suave y delicada. De niña castellonera que inicia su viaje magdalenero. En su segundo año en el seno de Crèmor, la triunfante gaiata de la plaza de España, Paula Muñoz Trujillano ocupará este sábado el trono de madrina infantil del sector número 18 para las ya cercanas (un mes) fiestas de la Magdalena. Con 11 años responde a las preguntas del entrevistador con seguridad y aplomo, convencida de ese privilegio de formar parte del maravilloso mundo magdalenero en clave infantil y de sueños y fantasía.

«Voy a representar a todos los niños de la gaiata y del sector, y eso es muy bonito. Quiero que todos los niños se lo pasen muy bien tanto el día de la Magdalena como el resto de la semana de fiestas», asegura Paula.

Cita el Coso Multicolor como su acto favorito de los días grandes de las fiestas y también «el Desfile de Gaiates, con la volteta, y la Ofrenda de Flores a la mare de Déu del Lledó», concreta.

Cuenta asimismo algunas de las actividades que se realizan en el seno de la comisión, como «las cenas en el almacén o el viaje para la presentación de la reina de la Huerta de València», indica. Momentos inolvidables para esta niña castellonera que va escalando los peldaños sobresalientes hasta el escenario del Palau de la Festa que ocupará el sábado rodeada de la fantasía y magia de la luz de Crèmor.

Estudiante de sexto de Primaria en el colegio Lope de Vega (otra alumna más de este centro escolar que asume protagonismo magdalenero), le encanta estar con sus compañeros de aula tanto en el patio como a la hora de realizar labores de clase.

«DE MAYOR...» // Muestra su veneración por la madrina de la gaiata, Ana Belén, con la que se lo pasa «muy bien» y se ríe «mucho», y también por el presidente de la comisión, José Antonio, que le «cuida mucho». No tiene muy claro cuál puede ser su futuro profesional cuando le llegue la edad, «o modelo o fotografa», aunque sí que se muestra esperanzada de poder repetir su experiencia de madrina de mayor y de nuevo lucir sus mejores galas del traje de castellonera y refrendar así un compromiso innato con las tradiciones y costumbres de la ciudad de Castellón. De la ciudad turquesa y naranja.