Apoteósica. La pirotecnia Pibierzo se llevó una larga ovación y un sonoro aplauso del público que se congregó a contemplar la tercera mascletà del concurso disparada ayer en el entorno del Primer Molí. «Es el máximo galardón al esfuerzo que conlleva un montaje de este tipo», según señaló Pedro Alonso Fernández, tras el disparo de 160 kilos de pólvora en una mascletà que se prolongó siete minutos.

«Al ser una pirotecnia del norte (vienen de León) damos otro aire al espectáculo sin desmerecer el cuerpo terrestre de la típica mascletà de Castelló», señaló. «En los aéreos volvemos un poco a la costumbre mediterránea y también a la del norte y esto creo que hace destacar un poquito», explicó.

«La mascletà hay que empezar a montarla muy temprano para dispararla a las dos», relató el pirotécnico, con el esfuerzo añadido de quienes, como ellos, vienen de más de mil kilómetros tierra adentro hasta la Plana.

Los leoneses (un equipo de nueve personas) se llevan muy buen sabor de boca de Castelló. «Desaparece el cansancio con la satisfacción de que vemos un trabajo muy bien hecho y ha salido muy correcto», agregó. «El primer objetivo es que haya gustado al público castellonense, a ello nos debemos. Ha salido todo según lo previsto, lo que es difícil, puede haber alguna cosita técnica que no llegue al público, pero de la que nosotros sí somos sabedores o algún retraso, o algo que no haya sucedido, pero en este caso no ha sucedido ninguna de las mil cosas. Una satisfacción plena y total», indicó el pirotécnico.

Es el tercer año consecutivo que Pibierzo visita Castelló, donde se sienten «muy bien recibidos y acogidos». «Es el concurso más grande y prestigioso de toda España, por el número de participantes en el mismo», añadió.