La luz mediterránea es palpable en el núcleo urbano de la gaiata 10, plaza de María Agustina y adyacentes. Palmeras, nobles edificios y arterias abiertas a un mar próximo de azules cielos y agua conforman un paisaje único en el ámbito de la ciudad de Castellón.

Con una avenida de Capuchinos, ‘les palmeretes’, con un marchamo característico y singular, uno de los más hermosos viales de la capital de la Plana, a imagen y semejanza, salvando las distancias, de la Explanada de España en Alicante. Con una plaza María Agustina extensa y amplia, epicentro en la confluencia de palacetes como el de la Subdelegación de Gobierno, o la capilla circular de la iglesia gremial de la Purísima Sangre, uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura religiosa de Castellón con orígenes en el Barroco y que atesora el mayor número de imágenes de la Semana Santa de Castellón, fiesta de interés turístico, ya que el templo es la sede canónica de la Muy Ilustre Cofradía de la Purísima Sangre, la más antigua de la capital de la Plana.

Y en el recorrido urbano por el sector con el guarismo 10 no se puede dejar de citar la avenida de Lledó, triunfal paseo que conduce hasta la basílica de la patrona de la ciudad, foco de oración y religiosidad popular de los castellonenses y lugar de pregrinaje desde tiempo inmemorial.

Sector 10 de calles que transmutan de lo labrador a lo modernista, de lo antiguo a lo contemporáneo, como la plaza del Primer Molí, punto de encuentro y partida en la tradicional romería de ‘les canyes’ en la jubilosa mañana del tercer domingo de Cuaresma. Un espacio que fue en la antigüedad hermosos huertos de naranjos, reflejo del fruto dorado símbolo de la riqueza de la tierra y también de la voluntad de los hombres que hacen del oficio agrícola pura artesanía.

El Toll ha evolucionado con el tiempo y tiene su personalidad propia tanto en el ámbito urbano como en el de la fiesta magdalenera que se vive emocionada en esta parte de la ciudad. H