La empresa de la plaza de toros de Castelló inicia este miércoles el proceso para la devolución del importe de las entradas adquiridas para la feria taurina de la Magdalena que no pudo celebrarse por el coronavirus. Para ello ha elaborado un plan de acción con el beneplácito de la Generalitat Valenciana para velar en todo momento por la seguridad y salud del aficionado.

La primera fase del mismo es un proceso de devolución telemático de las entradas físicas, ya sea adquiridas en taquillas o internet, mediante el formulario simplificado de la web plazadetorosdecastellon.es.

El formulario se podrá enviar on line o por correo postal, acompañado siempre de las entradas, bien las originales o una fotocopia de las mismas firmadas en el caso que sea por e-mail. Para los que adquirieron las entradas por internet, a través de la plataforma oficial Bacantix, deberán rellenar el formulario a la vez que reenvían el correo de compra recibido en su momento por esta plataforma, o en su defecto la entrada digital.

También se podrá hacer la devolución física en taquillas una vez finalice el estado de alarma y se reúnan las condiciones legales y sanitarias que indique la administración competente. Esta es una alternativa para los que no puedan acceder al formulario a través de internet. Su puesta en marcha depende de las medidas marcadas por el Gobierno.

«El espectador puede estar tranquilo. Es un plan con el que llevamos trabajando mucho tiempo para ponerlo en marcha. Hemos brindado al público todas las facilidades que están a nuestro alcance para que se haga efectiva su devolución de un modo seguro y eficaz, pensando en todo momento en la salud de las personas», afirma Alberto Ramírez, gerente de la plaza de toros.

Antes de que la pandemia del coronavirus obligara al aplazamiento del ciclo taurino de la Magdalena, estaba prevista una semana completa de toros, desde el domingo 15 hasta el domingo 22 de marzo en el marco de las fiestas, con cinco corridas de toros, un festejo de rejones y dos novilladas sin picadores. Además, se recuperaban dos clásicos en la ciudad después de mucho tiempo: la desencajonada y un espectáculo de toreo cómico.