Está disfrutando de la Magdalena como nunca antes. Sin responsabilidades ni miedos, como cualquier otro aficionado más de a pie. Es Juan José Padilla, que, retirado ya de los ruedos, ha viajado hasta Castelló para presenciar todas las corridas de la feria. Acaba de llegar de Roma, donde ha visitado al papa Francisco junto a su familia. Y sin apenas descanso, se encuentra desde el jueves presenciando las corridas de toros magdaleneras desde el burladero y disfrutando del ambiente festivo de la ciudad. «El año pasado cuando les brindé el toro a mis amigos Taquio Alemany, Manolo Colonques y sus familias, les prometí que vendría a disfrutar de la Magdalena y aquí estoy, cumpliendo mi palabra, disfrutando de su feria y de las fiestas de la ciudad, que nunca antes las había vivido de esta manera tan tranquila».

Allá donde va despierta pasiones. Es un torero del pueblo al que quieren y admiran. Todos quieren abrazarle. «La ovación con la que me recibieron el jueves en la plaza fue muy emotiva y no me lo esperaba. Me ha sorprendido porque la afición tiene una memoria fantástica y me he emocionado. Estoy disfrutando mucho de los amigos y del mundo del toro».

No es fácil ver a Juan José Padilla sin el vestido de luces. Tampoco él se ha adaptado del todo a esta nueva vida sin sentir los miedos del toro. «No es fácil. Llevaba 25 años en activo ininterrumpidos como matador de toros. He sentido mucha adrenalina durante todo este tiempo y ahora hay un vacío que no lo ocupa nada igual, y eso que hay muchas cosas a las que le dedico tiempo. El mundo del toro ha sido para mí muy intenso y ahora intento adaptarme a esta nueva vida. Ahora estoy mucho más cerca de la familia, que para mí es muy importante, de los amigos, con los que disfruto mucho. Me acerco al mundo del toro como espectador, vengo a ver a mis compañeros en la plaza».

Padilla echa la mirada atrás y reflexiona: «Estoy contento por haber cumplido una página importante dentro de la historia de la tauromaquia y soy consciente de que he sido una persona que he recibido mucho más de lo que yo he dado como torero». «Me siento muy orgulloso de haber cumplido esta etapa en el mundo del toro. Y jamás me esperaba que iba a ser despedido con tanto cariño por todas las plazas más importantes de España, Francia, Portugal y América», añade.