Raquel Prats Borreguero ha cumplido su sueño, el de ser madrina. Un sueño que también ha colmado de felicidad, especialmente, a su madre Aurelia Borreguero y su abuela Dolores Flecha. Ellas ya saben lo que es vivir la fiesta de cerca, pues su madre fue dama de la comisión 14, Castalia, cuando era joven y su abuela siempre quiso ver a su nieta vestida de castellonera.

Ahora, Raquel se ha convertido en la madrina de la gaiata 13, Sensal, en el primer año que forma parte de la comisión. Anteriormente, la joven de 19 años formó parte del sector 15, Sequiol, donde estuvo tres años. Vive en el grupo San Agustín y San Marcos y, desde pequeña y de la mano de asociación vecinal, se ha vestido, junto a su familia, en la ofrenda. «Siempre hemos ido los tres, mi madre, mi padre y yo», comenta la castellonense.

El acto que más le gusta es el desfile de gaiatas aunque este año espera con gran ilusión el día de la presentación, en la que ella será la gran protagonista. «Estoy muy emocionada porque la comisión está preparando el acto en secreto y sé que va a ser muy bonito y emocionante», indica la máxima representante de la gaiata 13. La relación con sus compañeros es excelente y asegura que se han labrado estrechos lazos de amistad con todos sus miembros.

En cuanto al monumento, la joven confirma que el diseño ya está acabado y que en breve empezará el montaje. Su propio padre, Doroteo Prats, ha colaborado en la confección del símbolo de luz y color del sector y la comisión, madrina incluida, pintará los brazos y las vidrieras. En cuanto al estilo, «seguirá un patrón tradicional», afirma.

Raquel se define como una persona muy familiar y, cuando tiene tiempo, le gusta quedar para salir con sus amigos. Estudia un grado superior de Magisterio Infantil en el Colegio San Cristóbal y, desde este curso, es maestra de la extraescolar de gimnasia rítmica. Por último, y como aspecto a mejorar, declara que le gustaría que los chicos tuvieran el mismo protagonismo que las madrinas. «Creo que así se animarían más a salir de acompañantes», concluye.