Reina del mar en su soberano trono de Sant Pere y madrina de la gaiata marinera en la firme promesa de regresar al solar de nuestros mayores, el de los ancestros telúricos de la madre tierra y de la esperanza. Ilusión a raudales de una joven de 18 años que ya en el 2009 ejerció de gaiatera mayor de Castalia. Rebeca Robles Gallén, galanura y amor por la fiesta.

Estudiante de segundo curso de Bachillerato en el decano de los IES castellonenses, el Francisco Ribalta, su año, su vivencia máxima en la luz envolvente del milagro magdalenero, lo califica de «muy especial», con el recuerdo solidificado de su madrinazgo infantil en la comisión de la calle Hermanos Vilafañé. Con la evocación de la imposición de bandas se siente «muy arropada por la comisión», puntualiza.

Afirma que lo que más le gusta de las fiestas de la magdalena son les mascletaes y el Desfile de Gaiates, en la noche del tercer domingo de Cuaresma, un cortejo «en el que enseñas el resultado del trabajo de todo un año, el monumento festero», destaca la madrina de la gaiata del distrito marítimo, una espléndida comisión a la que pertenece desde hace tres años y en la que está viviendo la aventura más maravillosa de su juventud en clave castellonera bajo el sello enamorado del distrito marítimo cuyas aguas y cielos invitan a soñar.

Exacerbadas emociones con la compañía de Toni, el presidente; Gal·la, la princesa del agua y de la luna marinera, y Lucas, el rubio titular de la comisión infantil que quiere ser torero (más información en página 3), en los requiebros de noches de fiesta que se prolongan todo un año.

Rebeca lo tiene claro: «No es Magdalena si no estás en una gaiata, y las fiestas no tienen sentido si no las vives en una comisión de sector». Contundente.

La madrina de la gaiata 12 asegura que su futuro profesional podría encarrilarlo con los estudios de Magisterio. Pero, mientras llega ese tiempo, Rebeca sorbe la felicidad que le transmite el lucir sus galas de castellonera en los tornasolados sentimientos de fervor, devoción y entrega a la causa magdalenera. Al compromiso valiente con la 12.