La Federación de Peñas Taurinas de Bous al Carrer de la Comunitat Valenciana ha mostrado su total repulsa al acto protagonizado por un grupo de seis activistas antitaurinas de Gladiadores por la Paz, que saltaron al ruedo, tras la muerte del primer eral de la novillada sin picadores del pasado jueves. Varias de las jóvenes fueron reducidas por vigilantes de seguridad de la plaza de toros de Castellón.

De momento, no se ha presentado ninguna denuncia formal por lo sucedido, según han informado fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Castellón, a la vez que han explicado que habrá sanción administrativa contra los antitaurinos, aunque se está a la espera de estudiar si se impondrá de acuerdo a la Ley de Espectáculos de la Comunitat, por tanto dependería del Gobierno autonómico, o según la Ley de Seguridad Ciudadana, cuya competencia depende directamente del Gobierno central. De ahí que aún se desconozca la cuantía.

En un comunicado, la Federación de Peñas Taurinas de Bous al Carrer ha tildado el suceso de «terrorismo antitaurino contra un sector que ya está al límite, después de dos semanas, donde se le ha insultado y amenazado».

Según el colectivo, el único objetivo de dicho acto fue «privar a toda la afición taurina que allí se encontraba a su derecho de disfrutar de una corrida de toros». Desde las peñas insisten en que los aficionados «han demostrado en infinidad de ocasiones que son ciudadanos pacíficos, cuyas reivindicaciones no tienen ningún atisbo de violencia».

exigen medidas // «Como hemos demostrado en las manifestaciones de Castellón y Valencia, acatamos todas las leyes que nos propone la Administración, seguimos las pautas marcadas por ministerios, consellerias y ayuntamientos, colaboramos con los Cuerpos de Seguridad del Estado y, por si fuera poco, exigimos a nuestro propio sector transparencia y compromiso», remarcaron desde el colectivo

Y es que los aficionados lanzaron ayer un ultimátum a las Administraciones para que actúen «con responsabilidad» y «sin medias tintas», ya que este tipo de altercados, como el sucedido el jueves en el coso castellonense, han dejado de ser «hechos aislados y anecdóticos a ser ataques muy serios». «¿Tendrá que ocurrir una muerte para frenar esta situación?», se preguntan.