Sin gaiatas no hay Magdalena. Sin El Toll no se puede entender la fiesta, la tradición, la luz y el empuje de Castellón cuando se habla del ámbito festivo.

El sector se erigió bajo el nombre de plaza María Agustina y adyacentes, ya que incluía este enclave junto a la avenida Capuchinos, que alberga el bazar de Les Palmeretes, donde tanos niños compran sus cohetes, como marca la tradición, para festejar la Magdalena, situado en la plaza Juan XXIII. En el año 1983 el sector pasó a denominarse El Toll.

La comisión puede presumir de contar con un paisaje de ensueño, que une pinceladas mediterráneas con los orígenes labradores. Dos marcos que originaron un barrio de 10 con ese espléndido paseo que invita a disfrutar de la ciudad a través de altísimas y emblemáticas palmeras.

Actualmente, el Toll es uno de los sectores más populares de la plantilla festera. El monumento de la gaiata luce en la avenida Capuchinos, el mencionado bulevar de les Palmeretes que tantos recuerdos alberga desde hace 75 años, con la celebración de las primeras fiestas fundacionales.

El guarismo 10, la gaiata de María Agustina, la del Primer Molí, se presenta mañana en el Palau de la Festa para iniciar su andadura de la mano de una comisión dinámica, joven y que mira al futuro con la cara bien alta. Porque pese a contar con pocos miembros, aúnan esfuerzos para trabajar al mismo ritmo aunque ello signifique poner el hombro e intensificar la dedicación.

Camino hacia las fiestas

Muy global es su mirada a la fiesta, a esa Magdalena a la que consagra tiempo y energías durante todo un año para que en cada edición el monumento brille, y también su gente. El camino hacia la semana grande arranca con ilusión y esperanza para los tollers. Mañana será la gran gala de exaltación de las dos máximas representantes de la 10, María Beser y María Cano, que este año van a por todas. Un equipo de lujo para enaltecer las fiestas de Castelló y salir vencedores.