Las ya cercanas fiestas de la Magdalena del 2018 tienen a la niña Sofía Gallego Sánchez-Pantoja como madrina infantil de la gaiata 17, Tir de Colom. Ternura emergente para una princesa de 8 años que va descubriendo la divertida aventura del país castellonero en forma de muchas tradiciones y actos festivos para los más pequeños.

Integrante de una familia de mayor calado castellonense, la madre de Sofía, María Eugenia Sánchez-Pantoja, ostentó también el madrinazgo, por lo que la Magdalena es vivida con enorme intensidad a través de vivencias y emoción contenida.

Sofía confiesa estar nerviosa ante las próximas horas que se le acercan en las que será investida máxima representante infantil de la gaiata del Parque del Oeste. Ser madrina de los niños «significa mucho» para ella, ya que será el punto de unión entre la grey infantil del barrio y de la gaiata. Su familia está viviendo con absoluta devoción su protagonismo en la jubilosa experiencia de formar parte de una comisión a la que Sofía pertenece desde que nació y ahora ha optado por su madrinazgo infantil.

Niña de almíbar y emocionada, estudia tercer curso en el colegio de Nuestra Señora de la Consolación. Sus compañeros de aula están muy contentos de su cargo como princesa de Tir de Colom. «Algunos van a venir a la presentación», asegura, satisfecha e ilusionada de poder compartir con sus amistades más queridas los momentos felices de su consagración como luz de los más pequeños en clave 17, la que representa al Parque del Oeste.

No duda en señalar que de mayor quiere ser arqueóloga y confiesa que le gusta investigar y buscar el pasado en las piedras y en la tierra.­ Imaginación no le falta a una niña que sabe vivir las tradiciones de Castellón desde el mismo día en vio la luz.

Es el ejemplo de la Magdalena que se transmite de generación en generación con la impronta de familias que saben perfectamente lo que representa el tercer domingo de Cuaresma y atiende a la llamada de los ancestros.

Sofía Gallego Sánchez-Pantoja verbaliza esos sentimientos de querencia a una fiesta e indica lo mucho que disfruta cuando está vestida de «labradora y castellonera», a la antigua usanza de un Castellón eterno.