Desde hace casi dos años, nueva etapa en la gaiata 4, l’Armelar. El sector de la calle Navarra y adyacentes camina hacia el tercer domingo de Cuaresma con la mirada puesta en el futuro de festa plena de Castellón con un Ramón Guiñón que es ejemplo de entrega y entusiasmo en el devenir magdalenero al frente de un sector que ha sido siempre emblema de supremacía en las fiestas de la Magdalena, que es consagración de la primavera al castellonense modo.

Con las máximas representantes de la comisión para la semana grande de la Magdalena del 2019, Beatriz Prades Barreda y Noa Pascual Salvador, l’Armelar enriquece su personalidad en un sagrado despertar de luminarias y leyendas. De compromiso máximo con los festejos mayores.

Con un equipo de 10 como el que hay en l’Armelar en la nueva etapa, el objetivo es volver a los buenos tiempos, apostando por los socios y por el barrio, mimando a los comercios y generando sinergias con el vecindario.

Y, por ello, el incesante trabajo de una directiva gaiatera que quiere hacer barrio de esencias de luz. Como así ha sido durante las 49 ediciones anteriores de la Magdalena más triunfal.

Espíritu de l’Armelar que se sostiene bajo las columnas de Hércules de un pasado victorioso en calles y plazas y sus gentes, que son la fuerza y el tesón que resultan necesarias para arrastrar el carro de las arquitecturas efímeras en forma de gaiata cada tercer domingo de Cuaresma.

Y ya no es en sentido literal, que también, sino en el metafórico de brillantez y esplendor que significa pertenecer a las asociaciones de luz. Porque así quedó escrito en 1945, la gaiata como colectivo de dinamización social y festera en el ámbito de la semana grande. Colectivos elogiados que hacen gaiata, y no otros, exponentes de la imaginación, fantasía y maravilloso viaje a la ermita de Santa María de Magdala.

Gaiata 4 de excelso origen, de bellas resonancias, de compartir con todos los vecinos la luz de la primavera castellonense.