El Villarreal CF tiene activado el plan renove total en la retaguardia. Aunque todavía no está cerrada completamente ninguna operación, hasta media docena de defensas tienen un elevado porcentaje de posibilidades de abandonar el Submarino a lo largo de un verano que climatológicamente hablando aún no ha empezado y que futbolísticamente empieza a tomar temperatura.

El último nombre en sumarse al capítulo de posibles despedidas es el de, ni más ni menos, que Mario Gaspar. El capitán, sobre todo por la prolongada ausencia de Bruno Soriano. El noveldense, el tercer futbolista con más partidos en la historia del club --por detrás del artanense y de Marcos Senna--, próximo a las 300 apariciones de amarillo, ha mantenido contactos con el club para sondear un cambio de aires, habiendo encontrado predisposición por parte de la entidad, dispuesta a escuchar propuestas que lleguen por el lateral derecho.

El alicantino, a pesar de su dilatada trayectoria como groguet, todavía no ha entrado en la categoría de los treintañeros (cumple 29 en noviembre). Con todo, estaría interesado en nuevos desafíos futbolísticos, incluso fuera del país. No resulta descabellado pensar en que pruebe fortuna en el Premier League, como Pablo Fornals, hasta hace unos días compañero suyo en el Villarreal.

MÁS FUERA QUE DENTRO

No es, a día de hoy, una despedida tan cercana como la de Alfonso Pedraza, a la espera de terminar de concretar su traspaso, en su caso al fútbol alemán: el Eintracht Frankfurt ha preparado 15 millones por el lateral y carrilero izquierdo. No obstante, la marcha de Mario supondría, desde el punto de vista de lo emocional, similar a la que barrunta Jaume Costa, debido a la pujanza de Xavi Quintillà, que hace meditar al valenciano con un futuro, igualmente, lejos de La Cerámica. Se trata de dos situaciones muy similares, por el rol, la experiencia y lo que significan en la historia reciente del Submarino, de ahí que las partes, club y futbolista, la manejen con mesura.

Como también podría estar lejos, al menos esta temporada, Miguel Llambrich, completando la transformación del carril derecho. En el caso del benidormer, por su juventud (23 años), el Submarino sopesa una cesión.

En cuanto a los centrales, también se esperan cambios. Álvaro González y Ramiro Funes Mori (disputando la Copa América) son fijos, ya que Víctor Ruiz también pasa por unas circunstancias similares a las de Jaume Costa y Mario: hay interés mutuo en que los caminos del Submarino y el del futbolista se separen.

A todo esto, ya han pasado unas semanas desde la conclusión de la temporada sin saber si Daniele Bonera cuelga las botas o si sigue un año más, pero como quinto central. Porque al margen del cántabro y el argentino, el regreso de Pau Francisco Torres tras su préstamo al Málaga (no ha podido cerrar un gran año ascendiendo a Primera) y el fichaje a la vista de Raúl Albiol (previo pago de su cláusula de rescisión al Nápoles: cuatro millones) darían a entender que, al menos, Javi Calleja tendría cubierto el eje de la zaga, a la espera de los dos carriles.